La forma en que un partido político enfrenta y asume la pluralidad interna, resulta un adelanto de como recibirá la crítica una vez que se convierta en gobierno. Es por ello de importancia capital observar cómo el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) resuelve sus candidaturas a las 15 gubernaturas que se disputarán este año.

El partido político en México tiene una función pública, consagrada en la fracción I el artículo 41 constitucional (son entidades de interés público), para regular la intolerancia y aprovechar el pluralismo existente como una fuerza y no como una debilidad. O, por lo menos, eso se espera de un contexto democrático.

Todo partido político, de acuerdo con Giovanni Sartori, opera entre dos fuerzas opuestas: la que proviene de la organización, esto es de la toma de decisiones, y la generada por la motivación, es decir desde las clientelas que buscan un beneficio material a cambio del trabajo de movilización para el voto.

La dirigencia nacional de Morena, a cargo del exdiputado federal Mario Delgado, inicia el año con tres confirmaciones de candidatos para competir por gubernaturas el próximo mes de junio: en Guerrero con Félix Salgado Macedonio; en Sinaloa con Roberto Rocha Moya; y en Michoacán con Raúl Morón.

Atendiendo la normatividad interna del partido, Delgado informó que las designaciones son producto de encuestas internas, que sólo se revelaron a los contendientes. Sin embargo, ejercicios demoscópicos disponibles para el público en general (Massive Caller) documentan que en Guerrero la diferencia de números entre Félix Salgado Macedonio y Amílcar Sandoval son las siguientes: 1.3% en el margen menor y 2.8% en el mayor. Es decir, la diferencia es menor al error estadístico de la encuesta que es de + /- 3.4%. La respuesta del grupo de Sandoval no tardó en llegar en la voz de John Ackerman quién calificó de “quiebre histórico en la 4T” la designación de Salgado Macedonio.

En la misma tesitura, en Sinaloa Delgado designó candidato a Rubén Rocha Moya frente a Gerardo Vargas Landeros. Los márgenes de diferencia que Massive Caller registra para cada uno de estos militantes morenistas son: 7.7% en el margen menor y 0.2% en el mayor. Rocha Moya, siguiendo el guion político al interior de Morena criticó ácidamente a Mario Delgado al denunciar que había “cometido un atraco al designar a Rubén Rocha” y retándolo a que “hiciera públicas las encuestas”.

El caso de Michoacán queda en suspenso toda vez que la empresa que hemos citado no incluyó en sus mediciones al designado por Mario Delgado, Raúl Morón. No obstante, el senador Cristóbal Arias, figuraba en las encuestas como el mejor posicionado. Sus afines han llamado a realizar marchas en contra de la decisión.

La forma de procesar el conflicto interno dice más sobre una organización, especialmente una eminentemente política, que cualquier discurso o campaña en redes sociales. De ahí que los rompimientos al interior de Morena puedan incidir en su votación global. Es decir, quizás el partido en el gobierno gane las gubernaturas en Guerrero, Sinaloa y Michoacán, pero definitivamente no será con los márgenes vistos en 2018.

En todo caso, es el elector quién tiene la última palabra.

Juzgue usted.