El ingeniero Gustavo Navejas, graduado del ITESM y de universidades norteamericanas e inglesas, tiene veinte años de experiencia como consultor de financiamiento de proyectos y desarrollo de negocios. Trabajó en NAFINSA en proyectos de inversión y en administración de consejos de administración de empresas mexicanas. En la actualidad impulsa proyectos de energías renovables, especialmente solar y de cogeneración eficiente. Amablemente aceptó una breve entrevista sobre temas de política energética en México.
Ingeniero ¿cómo era la relación de México con el exterior durante el desarrollo estabilizador?
R. Todas las importaciones estaban sujetas a permiso, desde los bienes intermedios hasta los chocolates Hershey. Podías comprar televisiones de contrabando en Tepito, pero te arriesgabas a que se descompusieran sin garantía alguna. Muchos compraban quesos holandeses en Chetumal o en La Paz. Era un nacionalismo simplista, que dependía del intervencionismo estatal: Pemex, la Papelera Atenquique, Cordemex en Yucatán, Las Truchas en Michoacán, Altos Hornos de México. A todo se le ponía MEX, como Bicimex. Había clubes de futbol del gobierno, balnearios, restaurantes, exhibidores de películas. Si quebraba una empresa, la rescataba el gobierno y asumía sus pérdidas, a veces para subsidiar a los grandes sindicatos.
Todo esto dio origen en México a situaciones de baja productividad, de atraso tecnológico, y finalmente de un elevado déficit público que se tuvo que financiar con deuda. Parecería que el Presidente actual añora esa época, sin tomar en cuenta los problemas y las crisis que generó esa situación.
¿Qué opinas de la política eléctrica aplicada en el gobierno de la 4T?
R. La CFE tiene cerca de 44 millones de usuarios, los que, como son familias, representan prácticamente a toda la población. Están subsidiados por conveniencia política. Pero la CFE es en realidad una empresa obsoleta e ineficiente, que no funciona con criterios empresariales. Creen que sólo por ser un monopolio ya son competitivos. Pero no invierten en mantenimiento, y de ahí las fallas en el suministro. Especialmente, Bartlett ha dicho que no van a invertir en transmisión. Un claro error. Otro dato relevante es que han dicho que ahora no suben las tarifas. Pero los datos reales indican que de 2016 a 2018 no subieron las tarifas domésticas para el 90% de los usuarios, mientras que en 2019 y 2020 si lo hicieron al ritmo de la inflación.
¿Cuál es la situación actual de PEMEX?.
R. Será muy difícil lograr las metas de producción de PEMEX si no se invierte. Hay que recordar que en los años gloriosos del crecimiento mexicano, Pemex invertía anualmente más de 27 mil millones de dólares al año. Hoy se invierte menos del 10% de esa cifra, y menos si estás haciendo una nueva refinería en lugar de fortalecer la extracción, o especialmente el gas natural.
El gas natural podría ser un gran beneficio para México, pero no se invierte en eso y no tenemos capacidad para almacenarlo. El 77% del consumo de gas nacional proviene de Texas, y allá se extrae por fracking, sistema que el gobierno se ha opuesto a usar en México, a pesar de que tenemos mantos en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
La política energética actual parece responder a caprichos. Nada de substancia. Como el caso de la refinería, porque nos saldría mucho más barato importar la gasolina de distintos países. En un desperdicio de recursos escasos.
¿Cuál es la posición del gobierno ante la reforma energética que en el pasado intentó modernizar al sector y abrirlo a la inversión extranjera?
R. Desde la entrada al NAFTA la idea subyacente era abrir la economía, reducir la presencia del Estado en las actividades productivas a fin de vincularse al entorno internacional de libre comercio y alta competitividad. Se trató de abrirlo tanto para la inversión privada local como para la extranjera, eliminando muchas de las limitaciones para la inversión extranjera. En el sector de servicios de salud, se puso un límite de 49% a la inversión extranjera, lo cual y favoreció a Vázquez Raña con los hospitales hoy Angeles.
¿Finalmente, cuál es la relación del actual gobierno con el sector empresarial?
Por desgracia, no es buena, y parece ser más por razones ideológicas que prácticas. La economía mexicana no podrá crecer si no hay un clima favorable a la inversión privada sea nacional o extranjera. La suspensión del aeropuerto, la cancelación de la reforma energética y de otras inversiones, y las políticas unilaterales contra las empresas no nos anuncian que esta situación se vaya a revertir. Parecería que nos enfrentamos a seis años de no crecimiento, los cuales serán una gran carga para el país.
