Por decisión unánime el boxeador ruso se queda con la victoria y retiene el cinturón de los pesos semicompletos, ante un Saúl Álvarez que se vio claramente superado.
Los jueces le dieron el triunfo a Dmitry Bivol con 113/115 en las tarjetas, una diferencia matemática que queda muy corta para lo que se vio en el ring, el resultado de una pelea impecable de parte del ruso, quien aprovechó en todo momento la ventaja de su altura y velocidad para mantenerse como el Campeón Mundial de Pesos Semipesados de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y conservar su invicto.
Saúl, intentó incursionar sin éxito en la categoría de semicompletos después de brillar en el peso supermediano y terminó perdiendo ante un rival que fue totalmente superior de inicio a fin.
Las Vegas que tantas veces han visto ganar y salir en hombros a Álvarez, esta vez fueron testigo de una dolorosa derrota del boxeador de 31 años de edad, la segunda en toda su trayectoria.
La T Mobile Arena se vistió de gala para recibir al tapatío, que entre música de mariachi y bailarines folclóricos, arribó al centro de ring sobre una plataforma con todos los asistentes coreando su nombre, se le veía confiado y tranquilo, no tenia ni idea de que Bivol le quitaría esa tranquilidad golpe a golpe, round a round.
«Me probé hoy que soy el mejor. Mantuve mis cinturones. El error de ‘Canelo’ fue que solo tiró golpes de poder tratando de tirarme»
Dmitry Bivol, sobre su victoria
Dmitry, aprovechó desde el primer asalto la diferencia de estaturas, sacando ventaja de la longitud de sus extremidades para conectar con mayor facilidad los golpes del mexicano, que poco a poco se fue diluyendo de la pelea.
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En el primer round, el ruso se mostró más cauteloso, manteniendo su guardia en todo momento, mientras que el mexicano se vio más insistente en el ataque, cada uno estudiando al rival, de a poco Bivol se creció en el ring, mientras Canelo parecía mantener el control en su defensa, haciendo un buen trabajo con la cintura para evadir los golpes del contrincante.
En el cuatro asalto, el representante de Rusia ya dominaba la pelea, usando sus piernas para verse más veloz y ágil, fue la primera vez que puso contra las cuerdas al tapatío, una imagen que se repitió hasta el final.
Contra las cuerdas
Para el quinto episodio, Dmitry ya había logrado silenciar a todos los asistentes a la pelea y se podía respirar preocupación en el inmueble, en el ring el púgil mexicano ya se notaba cansado y de nuevo fue mandando a las cuerdas, donde recibió una serie de golpes que castigaron sin piedad su cuerpo.
El respetable intento meterse a la pelea y darle el respaldo a ‘Canelo’, sin embargo, así como los golpes del tapatío perdían fuerza las voces también lo hicieron, la T Mobile Arena, presenciaba en silencio el derroche de golpes de Bivol que serio y tranquilo continuaba golpeando y siguiendo a su rival, dando gala de su gran nivel como boxeador, demostrando que no era un “rival a modo” puesto para beneficio de Álvarez.
El séptimo asalto no contó una historia diferente, mientras que el ruso siguió atacando y protegiéndose el ‘Canelo’ no defendió, no esquivó, no atacó, no fue letal, no tuvo el ‘ojo de tigre‘.
Llegó el octavo round y desde la esquina le gritaban al tapatío que no dejara de atacar, pero poco pudo hacer contra un Dmitry que se dedico a repartir golpes, en momentos el mexicano se quedaba parado en el ring, intentando recuperar el aliento.
Bivol presionó cada vez más a un Saúl sin ideas y contra las cuerdas, otra vez, que con más coraje que golpes intentó salir adelante, con impactos potentes pero lentos, en ese punto de la pelea el boxeador azteca ya necesitaba un K.O. para conseguir la victoria, misión que fue imposible.
«Es un gran campeón, me tocó perder, en el boxeo se gana o se pierde, le tocó ganar y hay que aceptarlo»
Saúl Álvarez, sobre su derrota
En el noveno episodio, Álvarez despertó, se fue al frente a perseguir a Dmitry, le bajo el ritmo a la pelea, pero no logró perforar la guardia de su contrincante.
Los últimos dos asaltos, ‘Canelo’ intentó, pero no le alcanzó, cansado, golpeado y sin confianza, lo mejor que le pasó fue llegar al último round y ponerle fin a una pelea sumamente complicada ante un rival para el que Saúl no estuvo preparado.
El ruso terminó como empezó el encuentro, sereno y concentrado, el mexicano intentó pero no tenia nada, no tenía hambre, no tenia pegada, terminó jalando aire con la boca y recibiendo todos los golpes del rival.
D.B.E
