El objetivo era una roca del tamaño de un maletín apodada «Rochette» de una cresta de 900 metros de largo.
El Perseverance Rover recolectó su primer muestra de roca en marte tras su expedición donde utilizó un taladro y una broca hueca en el extremo de su brazo robótico de dos metros de largo para extraer muestras.
Tras perforar la roca, el rover hizo vibrar la broca y el tubo durante un segundo cinco veces en un procedimiento destinado a limpiar el borde del tubo de material residual y delizar la muestra adentro.
Una vez que aterrizó en el antiguo lecho de el lago llamado «Cráter Jezero» en febrero, en el marco de una misión para buscar signos de vida microbiana antigua por medio de un conjunto de sofisticados instrumentos montados en su torreta.
Con esta travesía, la NASA está tratando de caracterizar mejor la geología y el clima pasado del planeta rojo por medio de investigaciones minuciosas.
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La NASA pretende recolectar las muestras tomadas por el rover en una misión conjunta con la Agencia Espacial Europea, en algún momento de la década de 2030.
Esto resultó un hecho trascendental para la «casa espacial», pues hay que recordar que su primer intento por tomar una muestra en agosto fracasó, ya que después se pudo comprobar que la roca no podía soportar el taladro del robot.