El mayor señalamiento de los comunicados y posicionamientos de la «Casa de Dios» es que el presidente Andrés Manuel López Obrador debe cambiar su estrategia de seguridad.
El asesinato absurdo de los jesuitas en el templo de Cerocahui, en la sierra Tarahumara, ha puesto tensas las relaciones entre el Gobierno federal y la Iglesia Católica. Dando que el mayor señalamiento de los comunicados y posicionamiento del episcopado es que el presidente Andrés Manuel López Obrador cambie su estrategia de seguridad.
Mediante un comunicado, los obispos mexicanos piden al Gobierno federal y a los distintos niveles de autoridades revisar las estrategias de seguridad, ya que estas están fracasando. «Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinatos y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen». de igual forma denunciaron a los medios de comunicación y a todas las fuerzas políticas, así como a la sociedad civil y a las asociaciones religiosas.
Dentro de la demanda, piden revisar la estrategia de seguridad, escuchar a los diversos actores involucrados y no quedarse sólo en culpas del pasado, asimismo, hacen hincapié en que Andrés Manuel López Obrador ha utilizado el mayor número de menciones y metáforas religiosas, tanto en sus discursos, mañaneras, entrevista, gestos y en símbolos de fe.
«AMLO tiende a vincular la ética política con los valores religiosos. Y no sólo se enfocaba en los iconos cristianos, sino también en los rituales mesoamericanos, santeros y chamánicos.» expresan los obispos jesuitas.
Todo esto se muestra en consecuencia del asesinato de los jesuitas en la sierra Tarahumara el cual ha fisurado las relaciones del presidente contra la iglesia católica, donde la sangre derramada en el templo de la sierra, es sólo comparable con el sacrificio de monseñor Óscar Arnulfo Romero en marzo de 1980 en San Salvador.
Por su parte, el presidente López Obrador aseguró que su estrategia de seguridad marcha bien, a pesar de que los números son muy desfavorables y asumió que no modificará su política de seguridad. «No vamos a cambiar la estrategia, que sigan con sus campañas de desprestigio», expresó el mandatario mexicano.
A raíz de éstas declaraciones, rectores de universidades jesuitas advirtieron que en México se vive un «Estado fallido y una crisis de seguridad», y llamaron a la ciudadanía a generar presión para exigir un alto a la violencia, a lo que AMLO respondió «Los religiosos, con todo respeto no siguen el ejemplo del Papa Francisco, porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana».
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Las crisis ayudan a entender el grado y nivel de relaciones entre la Iglesia y el Estado, es por ello que la religión católica no se ha sentido cómoda con el gobierno de Morena. En primer lugar, éste ha dado entrada a grupos evangélicos acciones que van desde la campaña de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador hizo alianza con el Partido Encuentro Social, y declaró talante evangélico, ante el desagrado de la jerarquía católica y en 2019 prometió otorgar concesiones televisivas a las iglesias evangélicas.
A pesar de que López Obrador ha sido el presidente más religioso en la historia moderna de México, no ha sido fino en el manejo de la crisis a raíz de los jesuitas asesinados y ha perdido, quizás, a los religiosos que fueron sus principales y más fieles aliados.
Los creyentes acompañaron al presidente en su hipótesis de la recomposición del tejido social como una salida a la crisis moral de amplios sectores populares del país. Precisamente, uno de esos proyectos se desenvuelve en un programa de la Secretaría de Gobernación. Probablemente duerman el sueño de los justos iniciativas sociales de monseñor Carlos Garfias, obispo de Morelia.
DCR
