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Dopamina, una molécula que brinda felicidad pero también la puede quitar

por | Abr 15, 2022

Cuando existe un exceso de esta molécula aparece la esquizofrenia o el trastorno bipolar. En caso de que disminuya, viene el trastorno depresivo mayor, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la enfermedad de Huntington, la neurodegeneración asociada al VIH-1 o el parkinson.


La dopamina es un neurotransmisor conocido mundialmente por ser una de las moléculas de la felicidad encargada de llevar mensajes desde las neuronas que lo producen hacia otras células, interviniendo en varios procesos importantes del cuerpo humano como lo es el control del movimiento, la memoria, el aprendizaje o ese mecanismo que lleva a repetir una conducta llamado recompensa cerebral.

Pero también influye en otras funciones apartadas del cerebro como la motilidad gastrointestinal, la liberación de hormonas, la presión arterial e incluso en la actividad del sistema inmune.

Es por ello que su acción depende de cuándo, dónde, cómo y en qué cantidad se produzca. La dopamina ofrece placer y relajación, pero también regula la duración de los recuerdos facilitando el aprendizaje y la memoria a través de la asociación con las emociones. En este caso, el neurotransmisor actúa en el accumbens, una parte bastante involucrada en el control de estas sensaciones y que se comunica con el hipocampo. Ella es la que decide si una información específica se almacenará por mucho tiempo o se eliminará de inmediato.

Esto lleva a la conclusión de que el aprendizaje que contiene una carga emocional dura más, puesto que aprender genera placer y la carga informativa se guarda por mucho más tiempo.

Si se pensaba que el horóscopo influye en la personalidad, quien realmente lo hace es la dopamina. Varios estudios científicos apuntan a que este neurotransmisor podría relacionarse con rasgos de la personalidad como la inseguridad, la cobardía o el grado de extroversión, pues si se mide la cantidad de esta molécula en la amígdala cerebral, zona vinculada a emociones como la ira, el miedo o el placer, se descubriría si una persona es tranquila, insegura, si se estresa con facilidad o le encantan las experiencias fuertes.

Es interesante lo que ocurre en quienes disfrutan de las emociones fuertes como subirse a la montaña rusa más alta, porque ciertas regiones de su cerebro poseen una mayor cantidad de dopamina, lo que los hace más «inconscientes» en sus acciones. Por el contrario, los bajos niveles de esta molécula se han relacionado con fobia social.

Sin embargo, la dopamina tiene su lado oscuro: es la culpable de las adicciones, tanto de las malas como de las no tan malas. Entre las primeras se encuentran las drogas, las cuales aumentan la cantidad de esta hormona en el sistema de recompensa del cerebro, reforzando el deseo de consumirlas. Lo mismo sucede con el dulce o la comida basura.

No obstante, cada persona responde diferente frente a las adicciones porque no todos sienten el mismo placer al comer un pastel, por ejemplo. Un estudio científico asegura que se debe al número de receptores a los cuales se une la dopamina en cada humano. Esto explica que quienes tienen tendencia a la obesidad necesitan comer más para sentir la misma satisfacción a la hora de comer.

Asimismo, la dopamina tiene una función motivacional, recompensa cuando se realiza una actividad placentera, liberándose incluso antes de ejecutarla provocando que una persona evite las experiencias negativas. Un ejemplo es cuando la baja producción de este neurotransmisor provoca anhedonia, uno de los principales síntomas de la depresión, mientras que altos niveles en la corteza prefrontal llevan a cumplir objetivos personales más exigentes.

La otra cara de la dopamina se vincula con enfermedades psiquiátricas y neurológicas. Cuando existe un exceso de esta molécula aparece la esquizofrenia o el trastorno bipolar. En caso de que disminuya, viene el trastorno depresivo mayor, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la enfermedad de Huntington, la neurodegeneración asociada al VIH-1 o el parkinson. La causa de esta última afección es la muerte de las neuronas que producen esta sustancia, la cual, recordemos, está implicada en el control de la actividad motora.

En pocas palabras, la dopamina puede ser severa pero también amable y educada.

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DH

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