El derecho al voto de las mujeres en México cumplió 68 años de ser instaurado, pues fue en 1953 cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto de las reformas constitucionales que permite este ejercicio, además de ser votadas para puestos de poder.
La defensa de los derechos políticos-electorales es, de acuerdo con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), “uno de los avances más importantes de la lucha feminista en México”, además de presentarse durante el mandato del expresidente Adolfo Ruíz Cortines.
Las primeras sufragadas fueron Aurora Jiménez de Palacios, el 4 de julio de 1954, como primera diputada federal en la historia de México por Baja California; María Lavalle Urbina, en Campeche y Alicia Arellano Tapia por Sonora, como las primeras senadoras electas el 4 de julio de 1964; mientras que la primera gobernadora de Colima fue Griselda Álvarez Ponce de León en 1979.
No fue hasta el 3 de julio de 1955 cuando las mujeres emitieron por primera vez su voto para elegir a los diputados federales para la XLIII Legislatura, cuyo antecedente es en 1923 durante el Primer Congreso de la Liga Panamericana de Mujeres donde asistieron cien delegadas de todos los estados de México.
Las dirigentes feministas más importantes de ese momento fueron Luz Vera, Margarita Robles de Mendoza, Matilde Montoya, Columba Rivera y Julia Nava de Ruíz Sánchez, quienes en el encuentro resolvieron enviar al Congreso de la Unión la petición de igualdad de derechos para hombres y mujeres.
La reforma al artículo 34 de la Constitución significó, según la TEPJF, el fortalecimiento de la democracia gracias a la construcción de una sociedad en vías de ser igualitaria. Es desde entonces que se continúa la lucha de las mujeres por su derecho a participar en la toma de decisiones en el país.
Actualmente, la quinta parte de México será gobernada por mujeres. Sin embargo, no todas están posicionadas como feministas, situación que puede continuar con las mismas prácticas patriarcales que los varones si no cuentan con estrategias para mejorar la calidad de vida de todas.
Ante este contexto, la investigadora Paola Carrillo Hinojosa, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), comentó que el derecho a votar y ser votada continúa con retos, entre los cuales está lograr mayor representación y cargos de elección popular.
«Este derecho debe implicar que podamos avanzar y que se vayan ocupando cargos de elección popular por una cuestión de igualdad y no por ser políticamente correctos y abrir espacios para las mujeres, sino realmente hacerlo convencidos de la igualdad que implica y de las capacidades que como mujeres hemos desarrollado”
Paola Carrillo Hinojosa.
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Actualmente, México ocupa el quinto lugar a nivel mundial en participación de mujeres en legislaturas y es el número 34 en la lista de países con mujeres en cargos ministeriales, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres.
Ante la situación, la organización consideró necesario que las mujeres comiencen a tomar decisiones para transformar el rol que se les ha impuesto a lo largo de la historia.
