Como consecuencia de los efectos del cambio climático, las actividades pesqueras y acuícolas de las que dependen las familias mexicanas en las zonas costeras del país, están en riesgo. Así lo informó Leonardo Vázquez, miembro de la Sociedad Mundial de Acuicultura.
Las especies marinas como la abulón, la sardina y la jaiba, así como las más comerciales y conocidas, están en peligro de perderse, por lo que el experto mencionó que México debe aplicar políticas públicas contra el cambio climático.
12 mil 895 comunidades pesqueras y acuícolas son vulnerables en 17 estados de la República Mexicana, es por ello que José Luis Carillo, Presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas, compartió su preocupación ante el impacto de la problemática.
Durante la presentación Cambio Climático en México: Recomendaciones de Política Pública para la Adaptación y Resiliencia del Sector Pesquero y Acuícola, Leonardo Vázquez aseguró que México es vulnerable a este fenómeno que provoca el deshielo al existir aumento de temperatura, climas extremos, huracanas y tormentas que afectan la supervivencia de las especies.
Por su parte, Rafael Ortiz, Director General de la Iniciativa Pesquerías Resilientes y Océanos de Environmental Defense Fund (EDF) en México informó que la ejecución de las políticas públicas correspondientes ayudarán a evitar la ruptura de cadenas de producción y alimentación.
El Director también comentó que se debe aumentar la inversión para el estudio e información sobre el cambio climático, además de un espacio de comunicaciones entre las autoridades y sociedad civil para que puedan sumar esfuerzos ante este fenómeno irreversible.
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¿Qué se debe hacer?
Fortalecer a los Comités Estatales de Pesca y Acuacultura, así como garantizar la ejecución de una agenda de cambio climático. Igualmente, los Estados y municipios deben suscribir convenios de coordinación con el gobierno federal para atender la agenda pesca-cambio climático.
La Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables debe ser revisada para que puedan incorporarse conceptos, principios, instrumentos y medidas que faciliten la adaptación de estas actividades al cambio climático.
Finalmente, la participación de las comunidades debe apoyarse y fortalecerse, así como la de las organizaciones pesqueras, instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil para que puedan ser parte de la toma de decisiones.
