En Colombia miles de obreros, campesinos, indígenas y estudiantes se han organizado en las últimas dos semanas para protestar ante la decisión del presidente Iván Duque al implementar la reforma tributaria en medio de una emergencia fiscal. Posteriormente ordenó al Congreso retirarla, sin embargo; la población se ha manifestado a lo largo de tiempo, dejando hasta el momento 27 personas fallecidas, según lo informa la Defensoría del Pueblo.
Con base en datos y perspectivas de diversos analistas que han estudiando la situación, se ponen tres posibles escenarios para la nación, el primero es la negociación entre el pueblo y el gobierno, consiguiendo así un desescalamiento de la violencia, esto entre una combinación de represión “con pañitos de agua tibia” como lo explica la politóloga Sandra Borda.
Sin embargo, estas soluciones solo son temporales y no permiten arreglar el problema desde el fondo, por ello la gente saldrá nuevamente a la calle. Dado que el petitorio del Comité del Paro es ambicioso, largo y costo, tendría mayor dificultad en completarse porque se tendría que realizar grandes cambios en la estructura del Estado.
Jorge Restrepo, director del Conflict Analysis Resource Center (CERAC), explicó que las protesta se reducirían por desgaste, ya que posiblemente la negociación no se dé sobre la mesa, sino en la calle y bajo parámetros como el abastecimiento de alimentos y gasolina.
EFE/ Carlos Ortega 
Manifestantes colombianos 
EFE/ Ernesto Guzmán Jr
Se planteó el segundo escenario que puede ocurrir, el cual consiste en que no lograran concesos, manteniendo una profundización en la violencia. Explicaron que Colombia entraría a un espiral lleno de intimidación, luego de que el abuso de la autoridad de la fuerza pública se conjuga con pequeños ejércitos civiles.
En algunas zonas de Cali, la forma de vida se ve reflejada como resistencia, ya que organizan el abastecimiento, tienen una articulación con pandillas, son apoyados por población local.
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Finalmente, el tercer escenario es cuando negocian lo fundamental y baja la tensión, siendo este el cambio más positivo para Colombia, ya que los sectores lograrían llegar a concesos sobre lo fundamental para así generar confianza entre la ciudadanía y disminuye por completo la violencia.
«El gobierno tendría que pedir perdón, sacar a las fuerzas armadas de las calles y ofrecer programas de inclusión social, sobre todo en el tema de educación (…) Así creo que le gente le bajaría un poco a la rabia desatada que tienen porque los mataron al vecino o al amigo», indicaron.
Añadieron que a poco más de un año de que termine el gobierno de Iván Duque se observará lo que ocurrirá en Colombia, si entran en una campaña de concertación sobre lo fundamental que impida la violencia y cambie el país.
GPP
