Todo parecía normal en las calles de Lima, Perú, al amanecer del 07/dic. En el Congreso seguía el debate sobre la destitución del presidente Pedro Castillo por presunta corrupción, en ese momento la oposición sólo tenía 87 votos de los 101 necesarios para destituir al exprofesor rural de 53 años. Hasta ahí no había nada de extraordinario en la vida política del país sudamericano.
Te puede interesar: Dina Boluarte jura como nueva presidenta de Perú
Sin embargo, hacia medio día una transmisión desde el Palacio de Gobierno anunció que el presidente Pedro Castillo unilateralmente disolvía el Congreso y que gobernaría por la vía de decretos. La calma se rompió. En un comunicado conjunto las fuerzas armadas y la policía nacional tomaron distancia de la medida presidencial al declarar su apoyo a la constitución.
El Tribunal Constitucional, máxima autoridad judicial en ese país, a través de la televisión en vivo declaró “inexistente” al gobierno.
El gabinete presidencial renunció en masa y servidores públicos abandonaron la sede del gobierno. Se dice que el general Walter Córdova, comandante del ejército había presentado su renuncia ese mismo día desde temprano en la mañana.
