La guerra en Ucrania remarcó un proceso de inflación y escasez de proporciones mundiales en los precios y la producción de alimentos y energéticos.
El orden mundial está cambiando; a raíz del conflicto militar en Ucrania problemáticas alrededor del mundo se han intensificado y las repercusiones de la suma de este periodo en la actualidad que pasarán a ser descrito en la historia de la humanidad como un tiempo de grandes incertidumbres de amenazas no solo climáticas ni pandémicas, sino también nucleares, cibernéticas, energéticas, también afectaran la producción y el abasto de alimentos de todo el mundo.
Como respuesta de la pandemia por Covid-19 y demás antecedentes en los últimos años, los precios de las energías y los alimentos al rededor del mundo reflejaban un alza constante que hoy en día a consecuencia de la guerra en Ucrania pone en peligro millones de industrias, proyectos económicos, estabilidades sociales y fundamentalmente la alimentación de cientos de millones de familias al rededor del mundo.
Los organismos internacionales de mayor alcance e influencia en el orbe sumaron sus voces para advertir al mundo y a los frentes gubernamentales correspondientes de todas las naciones, sobre la falta de alimentos a nivel mundial que se ha intensificado a medida que el conflicto militar en suelo Ucraniano avanza.
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La Organización de las Naciones Unidas (ONU), El Banco Mundial (BM), El Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU sumaron en conjunto sus preocupaciones sobre la crisis alimentaria que está surgiendo en puntos de todo el mundo y que parece no decrecer.
Las instituciones mundiales instaron a los gobiernos del mundo a actuar frente conjuntamente para enfrentar la crisis de alimentos, que afectará primordialmente a cereales, semillas, fertilizantes, pesticidas, y energéticos. A su vez llamaron a las instancias financieras así como a la comunidad internacional a extender el apoyo a comunidades vulnerables y países en pobreza extrema.
«La amenaza es mayor para los países más pobres que consumen alimentos importados, pero las naciones de ingresos medios donde se concentran la mayoría de los pobres del mundo están también viendo cómo aumenta su vulnerabilidad»
Comunicado de la ONU, BM, FMI, OMC.
A raíz de la guerra en Ucrania, el conflicto se extendió consecuentemente a entornos financieros, donde sanciones comerciales, bloqueos de importaciones, aislamientos económicos han sido la norma en la convivencia internacional dentro de las relaciones diplomáticas de bandos definidos.
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A pensar del contexto de tensión y guerra económica, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin afirmó que su país «supervisará» de forma cuidadosa la exportación de alimentos a las naciones en enemistad. «Con el telón de fondo de la escasez mundial de alimentos, este año tendremos que ser prudentes con los suministros en el extranjero y monitorear cuidadosamente tales exportaciones a países que son claramente hostiles hacia nosotros» indicó.
Rusia y Ucrania figuran como grandes productores de fertilizantes y cereales para el mundo, tan solo en estas dos naciones recae más de la mitad del suministro de aceite de girasol y y trigo internacionalmente.
Asimismo, el llamado internacional de estas 5 organizaciones mundiales, instó a potencias e instituciones financieras a distribuir alimentos a los países más pobres mediante subvenciones y mecanismos que brinden apoyo a su vez a la industria agricultora y ganadera para enfrentar la escasez de fertilizantes y alimentos de ganado, además de exhortar a la comunidad internacional de no cerrar las fronteras a las exportaciones e importaciones evitando imponer bloqueos o sanciones que pueden intensificar la escalada de penuria mundial.
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JOVC
