La Fiscalía General de Puebla informó que ya fue aprehendida una mujer llamada Nadia Carolina N. por el caso del bebé Tadeo, cuyo cadáver fue hallado en el penal de San Miguel. Ella habría sido quien exhumó de manera clandestina el cuerpo de un panteón en Izatapalapa y lo trasladó hasta el reclusorio poblano.
Además las autoridades locales le imputarán cargos a otra mujer llamada Jessica N., una custodia del penal de San Miguel y quien habría sido cómplice de la ya mencionada Nadia Carolina N. A ambas se les imputarán cargos por delitos contra la Ley General de Salud, Infracciones a las leyes y Reglamentos sobre Inhumaciones y Exhumaciones y Encubrimiento.
Del mismo modo la Fiscalía de Puebla solicitará audiencia para formular imputación respecto a dos internos: Antonio N. por los delitos de Violación a la Ley General de Salud, Infracciones a Leyes y Reglamentos sobre Inhumaciones y Exhumaciones y Asociación Delictuosa; y Sergio N. por los delitos de Violación a la Ley General de Salud, Encubrimiento y Asociación Delictuosa.
Antonio N. fue quien supuestamente dio las indicaciones a Nadia Carolina N. para que le llevara el cuerpo del bebé, así como de recibirlo y ocultarlo al interior del reclusorio. La mujer lo visitaba con frecuencia en la cárcel. Mientras que Sergio N se encargó de deshacerse de los restos, al depositarlos en un contenedor de basura.
Adicionalmente el custodio Gerardo N. deberá responder por los delitos de Violación a la Ley General de Salud, Encubrimiento y Asociación Delictuosa. El también es señalado por otorgar facilidades para el ingreso del cuerpo de Tadeo.
Hay que recordar que el 10 de enero el cuerpo de un bebé fallecido fue encontrado en un contenedor de basura, al interior del penal de San Miguel, aunque el caso vio la luz pública muchos días después. Las investigaciones revelaron que el pequeño se llamaba Tadeo y había nacido el 4 de octubre de 2021.
Debido a problemas intestinales, falleció el 5 de enero de este año y un día después fue sepultado en el panteón San Nicolás Tolentino, ubicado en la alcaldía Iztapalapa de la CDMX. Posteriormente, de acuerdo con la narrativa cronológica, su cuerpo fue exhumado de manera clandestina y utilizado para introducir drogas al interior del Centro de Reinserción Social (Cereso) ya referido.
A raíz de ello, la Fiscalía General del Estado de Puebla inició averiguaciones y detuvo a 19 trabajadores del Centro de Reinserción Social (CERESO) de San Miguel en la capital poblana, entre ellos el director, el subdirector y varios custodios del centro penitenciario, todos ellos bajo los cargos de abuso de autoridad o incumplimiento de un deber; infracciones a las leyes y reglamentos sobre inhumaciones y exhumaciones; así como encubrimiento.
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