Inspirada en una muñeca alemana, Bild Lilli, que a su vez se inspiró en la tira cómica de una femme fatale, un 9 de marzo de 1959 es la fecha que marcó el surgimiento de Barbie, una muñeca creada por Ruth Handler que espantó a la comunidad por su busto y medidas, pero finalmente fue aceptada, con el pasar de los años se convirtió en un símbolo de empoderamiento para muchas, cumpliendo con el slogan del juguete ‘Sé todo lo que quieras ser’, pero también para mucha gente representa la involución del feminismo y un falso estereotipo de la mujer, sobre todo por sus medidas imposibles para el mundo real, todo esto y más es abordado por Greta Gerwig en Barbie, la película.
Barbieland, donde se sitúa esta historia, es el lugar perfecto para la alegría diaria, los bailes y las fiestas, ahí localizamos a Barbie, quien convive con sus homónimas y con Ken, quien se desvive por ella. En medio del jolgorio, la protagonista comienza a tener cuestionamientos existenciales poniendo en jaque su felicidad y literalmente pone los pies sobre el suelo. Las respuestas deben ser halladas y en compañía de Ken, emprende una travesía al mundo real para encontrarse a ella misma. Por su parte, Ken también hace un descubrimiento donde Proust y otros autores son cruciales.
Cargada de una estética rosa y nostálgica, que evidentemente evoca a la niñez y a personajes que fueron discontinuados u olvidados, Barbie se convierte en una fiesta hilarante, colorida, mágica e inclusiva, en gran parte por su diseño de producción, vestuario y la lente del mexicano Rodrigo Prieto, quien después de El lobo de Wall Street (2013) vuelve a trabajar con Margot Robbie, consiguiendo magia y armonía, pero esto es sólo el inicio.
Conforme avanza la historia, el humor ácido y la crítica mordaz se hace presente con gags, pero también con diálogos punzantes que ponen sobre la mesa temas como el feminismo, el patriarcado, el existencialismo, las altas expectativas que la sociedad y los medios ponen sobre las mujeres, lapidándolas para que alcancen lo que muchos consideran éxito y que no necesariamente es algo con lo que comulgan todas las mentes, convirtiéndose en una barrera para la autoaceptación.
Además de lo antes citado, el guion de Gerwig y Noah Bambauch, exploran temas como la toxicidad en las relaciones de pareja y la hoy muy en boga depresión. Tanto Margot Robbie como Ryan Gosling se meten en el plástico de Barbie y Ken, respectivamente, haciendo que se salgan de los moldes ‘estereotípicos’ dando dimensiones existenciales e hilarantes que se convierten en el sustento de esta aventura. Por su parte, América Ferrara, en la piel de Gloria, consigue uno de los discursos más empoderadadores y empáticos del filme.
Tal vez lo que está un poco de relleno y se siente como paja son los ejecutivos de Mattel, encabezados por Will Ferrell, quienes dan un toque chabacano a la cinta, aunque se entiende que es ridiculizar un poco las decisiones que toman estos corporativos.
En resumen, aunque podría parecer una cinta plástica, superficial y de molde, esta aventura se convierte en una travesía arriesgada, existencialista, ácida y muy divertida. Demuestra que los blockbusters pueden ser profundos y con mucho arte, y es tal vez la mejor cinta basada en una línea de juguetes.
Te puede interesar: Misión imposible: Sentencia mortal Parte 1
