Por: Adrián Ruíz
Después de 30 años, y de una cinta live action que fue un fracaso en taquilla y de crítica, Mario Bros regresa al cine con una película animada que subraya los elementos que han estado alrededor de varios videojuegos en Súper Mario Bros: La película.
Decididos a triunfar como fontaneros en Brooklyn, pese a la poca fe de su padre, Mario y Luigi son transportados a un mundo mágico mientras trabajan en una avería subterránea. En la travesía, los hermanos se separan, por lo que Mario debe emprender una épica misión para encontrar a Luigi. Con la ayuda del champiñón local Toad, de la princesa Peach y de otros personajes, quienes tiene sus propios intereses, Mario emprende una batalla contra Browser.
En esta ocasión, la segunda adaptación cinematográfica de Mario Bros ofrece un momento desenfadado, entretenido y nostálgico, para todas las generaciones que han crecido con este personaje y sus secuaces. Música ochentera, incidentales del videojuego, personajes reconocibles de los diferentes videojuegos y una animación decorosa, son los elementos que se convierten en aliados de esta aventura. La historia no es nada sensacional, pero tampoco se puede pedir mucho a un videojuego cuyas líneas argumentales no son tan sólidas.
El fandom no dejará que el filme se vaya en taquilla en Game Over, el resultado es una cinta colorida, entretenida que alude a la memoria emotiva de varias generaciones y los niños se emocionan con las aventuras presentadas. El filme cuenta con dos escenas finales.
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