Rememora a la rubia desde una perspectiva nunca antes contada de su vida.
El filme comenzó su debut en el Festival de Venecia, dividiendo críticas, pues algunos han alabado la actuación de Ana de Armas mientras que otros no están de acuerdo en dejar la imagen de la hermosa rubia en la actriz cubana.
La atracción llega por el lado de los vestuarios icónicos, los cuales, aunque son parecidos a los originales, cobran vida por sí solos. A manos de la diseñadora Jennifer Johnson y su equipo, elaboraron las piezas sin contar con ninguna referencia.
El único objeto de Marilyn que pudo estudiar de manera presencial, fue el abrigo que uso en la película «Niagara», que se encuentra resguardado en Western Costume en Los Ángeles, ya que al final se utilizó y quedó fuera de la película.
Como alternativa Johnson recurrió a los filmes, fotografías de la “biblia” de 750 páginas del director Andrew Dominik.
“Obviamente, no podíamos tener acceso a las mismas telas, pero era muy importante mantener la calidad de construcción para esos vestidos originales, para que no se sintieran como una simulación barata o disfraz”.
Jennifer Johnson
En cuanto a la historia arranca desde su infancia, resaltando la sensación de desamparo de Marilyn, asociada a la figura de un padre ausente que después explicarán quizá algunas de las relaciones románticas de Monroe.
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El otro punto central gira entorno a la identidad de Norma Jeane Mortenson y como le cuesta definirse como persona al punto de llegar a fragmentarse.
JGG
