Fotografía: DCL “650” / Unsplash
Ya se sabe que entre más grande es, más grande es la caída. La revelación de que durante el primer trimestre de 2022 perdió 200,000 suscriptores por primera vez en más de diez años, provocó que Netflix perdiera más de una tercera parte de su valor bursátil, alrededor de 54,350 millones de dólares, es decir, cerca de 35.0%.
Las acciones del gigante de Los Gatos, California, cerraron el martes alrededor de 350 dólares, pero apenas iniciar la sesión del miércoles ya se habían desplomado a 245.20 y concluyeron el día con un valor 226.19, es decir, 122,42 dólares menos por título.
La reacción del mercado no sólo obedeció al descenso en el número de suscriptores, sino también al hecho de que la compañía que dirige Reed Hastings también reveló que esperan una pérdida de alrededor de dos millones más para el segundo trimestre del año.
En tanto el número total de suscriptores de Netflix a nivel mundial asciende a 221.6 millones, la reacción del mercado y los inversionistas parecería exagerada, pero es indudable que se trata de la primera ocasión que un negocio altamente rentable presenta pérdidas que no son propiamente económicas (la compañía obtuvo 1,600 millones de dólares en ingresos y 7,800 millones de dólares en ventas en el primer trimestre de 2022), sino relativas a su modelo de negocio y, consecuentemente, perfilan un escenario pesimista, máxime que se anticipa que estas habrán de incrementarse en el futuro.
Queda claro que el aumento de la competencia ha sido uno de los factores determinantes para minar el imperio que forjó Netflix, pero también que eventos coyunturales, como son los elevados niveles inflacionarios a nivel mundial, los cuales se potenciaron por el estallido de la guerra en Ucrania, incidieron en la debacle del gigante del streaming.
En este sentido tampoco debe olvidarse que Netflix cerró su servicio en Rusia, lo cual representó una pérdida de 700,000 cuentas en ese país, algo que ciertamente estaba fuera de programa.
Son estos tiempos aciagos y repletos de nerviosismo, de modo que no es sencillo entrever lo que el futuro depara. Difícilmente el streaming es un modelo de negocio agotado, pero es necesario replantearse muchas cosas en un mundo tan conectado y cambiante en el que el negocio del entretenimiento puede generar oleadas de incertidumbre como las que estamos presenciando.
Por lo pronto, Netflix ha perdido en lo que va del año más de 62.0% de su capitalización: su valor como empresa al inicio de 2022 estaba situado en torno a 267,500 millones de dólares, y ahora apenas supera los 100,000 millones.
Y se ha dicho: entre más grande es, más grande es la caída.
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