Fotografía: Presidencia de México
Durante su participación en la 85ª Convención Bancaria, el presidente Andrés Manuel López Obrador corrigió el “desliz” de haber anunciado la política monetaria del Banco de México antes de que lo hiciera la Junta de Gobierno de la institución y se disculpó con los integrantes de la misma. Bien por él, aunque no le quedaba otra opción.
“Quiero ofrecer una disculpa a la gobernadora del Banco de México y a los vicegobernadores porque recibí la información anoche de que habían tomado la decisión de incrementar la tasa a 6.5%, y pensé que ya se había hecho público, pero quiero decirles que reafirmo mi compromiso de respetar la autonomía del Banco de México”, dijo el inquilino de Palacio Nacional, tras lo cual recibió un aplauso.
Horas antes, durante su conferencia de prensa matutina, el mandatario se adelantó al anuncio que haría la Junta de Gobierno el cual sería emitido en punto de las 13:00 horas.
“Ayer (sic), aquí, en México, el Banco de México aumentó la tasa de interés 0.50, vamos a tener una tasa de interés de 6.5, porque cuando aumentan las tasas de interés hay menos inversión y se supone que baja la inflación, es un mecanismo de control”, expresó el presidente en abierta violación a la autonomía de Banxico, la cual está estipulada en el artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Las críticas por parte de los analistas y la oposición no se hicieron esperar, toda vez que se trató de un hecho inédito en la historia de la institución. Por fortuna, haya sido un error involuntario o uno de sus desplantes autoritarios, López Obrador reconoció el yerro.
Tras ofrecer la disculpa, el presidente se refirió a la venta de Banamex y reiteró que sería deseable que los nuevos accionistas o dueños sean de preferencia mexicanos, que estén al corriente en sus contribuciones a la Hacienda Pública, que cumplan con el pago de impuestos que implicará la compra-venta, que se trate de personas físicas o morales con solvencia económica para proteger el dinero de clientes y ahorradores, y que el acervo cultural de Banamex pase a formar parte del patrimonio nacional.
“Nosotros no pondremos obstáculos en esta transacción”, aseguró el presidente.
Finalmente, López Obrador refrendó su compromiso de no cambiar las reglas en el manejo de la política bancaria e indicó que no enviará al Congreso ninguna reforma que afecte las utilidades que legalmente se adquieren por los servicios que prestan las instituciones financieras y tampoco se establecerán nuevas regulaciones o controles.
“Seguirá prevaleciendo un verdadero Estado de derecho. (…) Deseo que los acuerdos que se tomen en esta Convención Bancaria sean en beneficio de los trabajadores, del sistema financiero, de las empresas y de la nación”, concluyó.
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