La inversión extranjera ha sido unos de los pilares económicos de China, ya que durante cuatro décadas ha sacado de la pobreza a 850 millones de familias
A lo largo de la historia financiera de China, han habido muchos cambios que sirvieron para el desarrollo económico, pero tras la muerte de Mao Zedong en 1976 el comunismo más ortodoxo dio paso a un enfoque pragmático para el desarrollo económico y tres años después el país abrió sus puertas a la inversión extranjera, lo que permitió que la entrada de capitales fuera aumentando considerablemente a medida que el PIB chino se expandía a un ritmo promedio de más del 9% anual.
Sin embargo, el panorama ha empezado a cambiar pues entre enero y marzo los inversores foráneos retiraron unos US$150.000 millones en activos financieros en yuanes, principalmente bonos. Ante esto China registró entradas de capitales en enero, en cambio las salidas de febrero y marzo fueron tan grandes como para hacer del primer trimestre el peor desde que hay registros. La fuga de acciones continuó en abril, indica el informe de mayo del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).
Lo que ha llevado a analizar las posibles causas de este fenómeno que está perjudicando al país Asiático:
- La estrategia «covid cero»: A más de dos años del inicio de la pandemia de covid-19, muchos han sido los países que han levantado las restricciones; excepto China, ya que el Gobierno impulsó estrictos confinamientos que acaparan el 5% del PIB nacional y en otras ciudades endureció las medidas anti-covid, reduciendo la actividad empresarial. Por lo que el desempleo en las ciudades superó el 6%, su economía y se contrajo un 0,68% en abril y pocos creen que China logre el objetivo de crecimiento para este año del 5,5%, cifra ya de inicio discreta en comparación con las de años anteriores.
2. La crisis inmobiliaria: A pesar de que la construcción de viviendas ha sido uno de los motores de crecimiento de la economía china en las últimas décadas, se encuentra en crisis desde el año pasado por el fuerte endeudamiento de los gigantes locales del sector; sin embargo la crisis de la inmobiliaria viene desde tiempo antes, aunado a las consecuencias en la salud económica del país por los efectos de «covid cero» y otros factores.
Conscientes de este problema, las autoridades chinas han tomado varias medidas para revitalizar el mercado inmobiliario, entre ellas distintos recortes de los tipos de interés de las hipotecas del banco central del país.
3. Rusia, tensiones geopolíticas y derechos humanos: La guerra entre Ucrania y Rusia ha llevado a replantearse a muchos inversores en China, sobre qué ocurriría con sus activos si China emprende una operación militar en Taiwán, sofocado por la fuerza provocaría un levantamiento popular en Hong Kong. Con esto las empresas occidentales «tienen parte de su cadena de valor en el otro bloque y se puede convertir en una desventaja», por lo que parte de ellas optarían por renunciar a esos mercados.
4. La ofensiva contra el sector privado: La avalancha de flujos de capital y las reformas orientadas al libre mercado, ha permitido el desarrollo de las empresas privadas. Asimismo, la reciente tendencia al proteccionismo y la intervención se han observado en varios sectores, aunque especialmente en el de la tecnología, el más claro ejemplo es la ofensiva iniciada en 2021 contra las grandes tecnológicas chinas, que los críticos atribuyen a la voluntad del Estado de controlar el sector, y que despojó de gran parte de su valor a compañías de referencia mundial, entre ellas Alibaba, corporación del multimillonario Jack Ma fue una de las más afectadas por la campaña reguladora de Pekín, que en abril del año pasado le impuso la mayor multa antimonopolio de la historia del país, por valor de unos US$2,800 millones.
Finalmente describen que las salidas de flujos de capitales de China no están poniendo en peligro la solvencia del país, al que no le faltan divisas para hacer frente a sus obligaciones externas.
VR
