Fotografía: Anton Dmitriev / Unsplash
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) emitió una enérgica recomendación al Congreso en el sentido de no aprobar la reforma energética por la que desde hace meses lleva pugnando el presidente Andrés Manuel López Obrador, en tanto supone, entre otras cosas, “un retroceso en contra del bienestar social”.
A través de un comunicado, la Cofece señaló que “la iniciativa renuncia de manera tajante al modelo de competencia en la generación y suministro (comercialización) de electricidad, al sustituirlo por un modelo industrial verticalmente integrado y operado por un monopolio estatal no regulado, el cual ha sido abandonado en muchos países por su ineficiencia, incapacidad de atender la demanda, altos costos e impacto negativo en las finanzas públicas”.
El organismo detalló que de ser aprobada la polémica iniciativa daría pie a la instauración de un monopolio en toda la cadena de valor del sector, lo cual implica generación, transmisión, distribución y abasto (comercialización) de electricidad, así como la creación de un monopsonio (sistema de comprador único) en la compra de electricidad que, en su caso, realice la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La Cofece también advirtió que la reforma desmantelaría el marco institucional que tutela el interés público y otorgaría poderes fácticos a la CFE en relación a las tareas regulatorias y de política pública, lo cual incluye el control y la planeación del sistema eléctrico, así como la imposición de tarifas.
En este sentido la Cofece también indicó que la reforma no plantea opciones para que la electricidad generada bajo este modelo sea menos costosa.
“Por el contrario, un cambio como el que se propone retrasaría la salida del mercado de las centrales de generación más viejas, contaminantes e ineficientes; asimismo desincentivaría la instalación de nuevos proyectos que pudieran operar con tecnologías más eficientes y amigables con el medio ambiente”.
Aunado a lo anterior, la iniciativa contempla la cancelación de todos los permisos de generación y contratos de compraventa de electricidad vigentes con el sector privado, “lo que necesariamente se traduciría en una restricción de la oferta, inutilización de activos y en mayores desincentivos a la inversión”.
El hecho de que en la iniciativa esté previsto que el sector privado pueda generar hasta 46% de la energía requerida por el país, esta sería véndida de manera exclusiva a la CFE bajo los “términos y condiciones —aún desconocidos— que esta última determine, lo que la convierte en un monopsonio en la compra de energía eléctrica y con ello le permite monopolizar toda la cadena de valor”.
Finalmente, la Cofece precisó que la reforma eléctrica ocasionaría un aumento de costos a lo largo de la cadena de valor de la industria eléctrica, con un consecuente aumento de tarifas que iría en detrimento de los consumidores así como de la posición competitiva de las empresas.
Te puede interesar: Aunque de manera marginal, aumenta confianza de consumidores
