Sal Sánchez, La trágica historia del mejor boxeador mexicano, recorre la vida de aquel boxeador que dejó un hueco dentro del deporte nacional tras su prematura muerte.
Hace cuarenta años, México, despedía de forma inesperada a una de sus joyas más prometedoras en la historia, Salvador Sánchez Narváez, conocido simplemente como ‘Sal’, de estilo arrollador e implacable, aquel que se encargaba de castigar al rival durante toda la pelea, cuando aún el boxeo se media en 15 rounds.
El filme cuenta los inicios dentro del deporte de los puños del originario de Santiago Tiaguistenco, Estado de México, quien no tardó demasiado en convertirse en un ídolo para los mexicanos que en los años 80´s fueron testigos de sus majestuosas batallas dentro de ring, su obra maestra es aquella pelea por el Campeonato Peso Pluma del Consejo Mundial de Boxeo, contra el puertorriqueño Wilfredo ‘Bazooka’ Gómez, quien llegaba con un récord de 31 victorias consecutivas, todas por KO´s y declarando por todo lo alto que era muy superior al mexicano, a quien solo le bastaron 8 episodios para, «a golpes, callarle la boca», bien pudo noquearlo en el primer round, pero quería demostrarle, puño a puño, golpe a golpe de lo que era capaz.
Para su hijo Christian Sánchez, ver como la figura de su padre sigue vigente lo llena de satisfacción y orgullo.
«Que la gente lo siga recordando con mucho pasión y mucho cariño, que siga vigente en la vida de los jóvenes que ven en él un ídolo es algo que agradezco»
declaró christian sobre el legado de su padre
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Así pelea a pelea iba naciendo una de las figuras que más le duele al boxeo, aquel que si no hubiera muerto apenas a los 23 años de edad en un trágico 12 de agosto de 1982, en un accidente automovilístico a bordo de su Porche blanco en la carretera Querétaro-San Luis, sin duda se hubiera convertido en la joya más importante del boxeo nacional.
Un tipo de origen humilde, sencillo y reservado, quien, para los aficionados de los golpes a pesar de los años y las nuevas figuras de la actualidad, Sal, es una leyenda, a quien nunca nadie más podrá igualar y uno de los pocos que logró ganarse a un país a base de golpes, un ídolo nacido del pueblo y para el pueblo.
Una figura que sigue inspirando a los jóvenes que ven en él una inspiración, un ejemplo y una motivación para dedicarse al deporte, esa practica que les puede mejorar la vida como lo hizo con su ídolo.
Y aunque nunca habrá otro como el, Christian, está dispuesto a apoyar a sus sobrinos, hijos de Omar Sánchez, hijo menor de Sal, si es que algún día llegan a sentir aquella pasión que llevo a la cima a su abuelo.
Una estrella que irradio brillo y genialidad de sus puños, una estrella que fue fugaz en el ring, Sal Sánchez.
D.B.E
