El equipo de gimnasia femenina del Comité Olímpico Ruso sorprendió a Estados Unidos colgándose el oro y terminó con la hegemonía de 10 que tenían las norteamericanas en la disciplina. La estrella Simone Biles no participó en la competencia debido a que no se sentía plena mentalmente.
En una de las finales más esperadas en los Juegos Olímpicos de Tokio, fueron las rusas las que terminaron ganando la presea dorada ante las grandes favoritas con puntuación total de 169.528. El bronce se lo llevaron las representantes de la Gran Bretaña.
Las sorpresas comenzaron después de la primera rotación cuando Estados Unidos informó que la mejor gimnasta del mundo se retiraba de la competencia debido a problemas médicos. Después se supo que ella decidió dejar de participar por no sentirse apta para la justa, esto después de que no tuviera su mejor desempeño en las pruebas de salto.
A pesar de que las norteamericanas seguían siendo las favoritas y con un equipo competitivo, las rusas aprovecharon la situación y mientras pasaba el tiempo, se mantuvieron en la primera posición que no soltaron hasta el final. La diferencia en los resultados entre oro y plata fue de 3.432.
Así las gimnastas Angelina Melinkova, Vladislava Urazova, Lilia Akhaimova y Viktoriia Listunava, lograron romper la hegemonía norteamericana de 10 años dominando en campeonatos mundiales y de las últimas dos ediciones de los Juegos Olímpicos.
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Además de que esta es la primera vez que Rusia gana en la gimnasia de la máxima fiesta deportiva del verano desde Barcelona 1992. Además de que es la séptima presea dorada que consigue la delegación en la presente edición.
