La Selección Mexicana firmó un rotundo fracaso luego de caer 1-0 en la final de la Copa Oro ante Estados Unidos, equipo que no contó con sus principales figuras para encarar el certamen.
El proyecto de Gerardo Martino sufrió un duro revés, pues el combinado nacional no fue capaz de imponerse a un equipo estadounidense que no contó con sus principales figuras, ya que jugadores de la talla de Christian Pulisic, Giovanni Reyna, Weston McKennie, entre otros, no recibieron autorización por parte de sus clubes en Europa para participar en el torneo.
Desde el pitazo inicial quedó de manifiesto el tipo de partido que sería esta final. México siendo dueño de la posesión del balón y Estados Unidos replegado buscando ofender por la vía del contragolpe y esperando un error por parte del Tricolor en su propio campo.
Así transcurrieron los primeros minutos del cotejo. El combinado azteca era superior e intentaba construir sus ofensivas moviendo la pelota por toda la cancha y dando amplitud, por lo que logró generar un par de jugadas de peligro sobre el arco rival. Sin embargo, la primera oportunidad manifiesta de gol fue a favor de los norteamericanos, luego de que Edson Álvarez se equivocó en la salida y Paul Arriola quedó solo frente a la portería, pero no pudo definir ante el extraordinario achique de Alfredo Talavera.
Estados Unidos se sentía cómodo con lo que estaba pasando en el terreno de juego. Aunque México controlaba la esférica, ellos causaban estragos cada que atacaban con latigazos por velocidad. Esto se reflejó aún más en la segunda mitad. Con el paso de los minutos, los dirigidos por el ‘Tata’ Martino fueron cayendo en desesperación, por lo que la selección de las barras y las estrellas aprovechó el desconcierto para ofender con mayor intensidad y se quedaron cerca de abrir el marcador en reiteradas ocasiones.
Después de momentos de incertidumbre en los que Talavera se colocó como el héroe del partido, el Tricolor logró salir del agobio norteamericano en la recta final del tiempo regular, pero ya no volvieron a ser peligrosos hacia al frente.
En la prórroga, el factor físico cobró factura, por lo que los dos entrenadores realizaron modificaciones buscando refrescar su juego. La sensación de peligro que generaron los norteamericanos durante todo el compromiso no desapareció en el tiempo extra, sobre todo porque el cuadro azteca se mostró inoperante desde la segunda mitad del tiempo regular.
Parecía que la final se decidiría en la tanda de penales, pero al 117’, Miles Robinson anotó en una pelota parada el gol que le dio a Estados Unidos un nuevo título de la Concacaf.
La selección estadounidense se proclamó campeón de la Copa Oro por séptima ocasión. Además, es la primera vez en la historia que le ganan finales consecutivas a México, luego de que se quedaran con la Nations League el pasado mes de junio tras vencer al Tricolor.
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