Rocío Macías
Hace 47 años llegó la noticia desde Tel Aviv, la Embajadora había fallecido. Tenía 49 años.
La literatura en México no podría entenderse a cabalidad sin los textos de Rosario Castellanos, escritora que a contra corriente plasmó en cientos de páginas su sentir y las verdades que muchas no podían expresar. A través de su poesía la realidad, la belleza, el amor y el desamor nos han dado identidad y sentido.
Periodista y diplomática mexicana nacida en Chiapas, Rosario Castellanos es también considerada un icono del feminismo en Latinoamérica por su labor en pro de las mujeres. Mexicana universal es una de las literatas más importantes del siglo XX, cuyo trabajo no ha perdido vigencia. Algunas de sus obras son “Balún Canán”, “Oficio de tinieblas”, “Álbum de familia”, “Los convidados de agosto” y “Poesía no eres tú”, entre muchas otras.
Incursionó magistralmente en la novela, el cuento, la poesía y la dramaturgia. Combinó su labor creadora con la promoción cultural, la docencia y la diplomacia. En una época donde los preceptos de sumisión, abnegación y realización a través del matrimonio eran la norma para las mujeres, Rosario Castellanos no se conformó con eso y dedicó su vida a la escritura, aún a costa de su propia integridad física.
Sensible, apasionada con sus textos y en su cátedra, la escritora fue defensora de las mujeres y pueblos indígenas. Fue promotora del Instituto Chiapaneco de la Cultura y del Instituto Nacional Indigenista. En 1971 fue nombrada Embajadora de México en Israel, en donde falleció el 7 de agosto de 1974 a causa de un choque eléctrico accidental.
Además de recomendar la lectura de su poesía y sus textos, recomendamos “Los adioses”, película sobre la vida de Rosario Castellanos, dirigida por Natalia Beristáin
