Empecemos con La Isla Siniestra.

Esperanza Velarde Salgado.

La Isla Siniestra aborda las etapas del tratamiento psiquiátrico que recibe un supuesto detective y los demonios que lo atormentan por haber perdido a su familia. Todo esto lo tiene que descubrir el espectador poco antes de finalizar.

Inicia en el verano de 1954, cuando un alguacil federal llamado Edward “Teddy” Daniels (DiCaprio) y su colega Chuck Aule (Mark Ruffalo) llegan la isla Shutter, donde se encuentra el hospital Ashecliffe, un centro penitenciario para enfermos mentales.

Ahí, los detectives tienen que descubrir el paradero de Rachel Solano, una supuesta asesina que se esfumó sin dejar huella y que no tenía posibilidades de salir de la isla debido a las extremas medidas de seguridad, el clima y el transporte.

Tres edificios integraban el complejo, el edificio A para hombres, el B para mujeres, y el C que alojaba a los pacientes más peligrosos.

Antes de partir, Rachel dejó una nota en su habitación que fue hallada por Teddy Daniels, “La Ley de los 4 ¿quién es el 67?”

En el edificio C, el más oscuro y siniestro, Teddy buscó con desesperación a un piromaníaco, que supuestamente incendió el departamento donde murió su esposa. Después de varias escenas, llega a una cueva alumbrada por una fogata, donde estaba Rachel, quien le confiesa que ella era una psiquiatra, pero al descubrir que experimentaban con los pacientes, la matricularon como interna.

También le informa que en el faro de la isla se encontraba el laboratorio donde realizaban pruebas quirúrgicas terribles. Hasta ahí, el detective logra llegar, y es donde descubre que todo el caso de Rachel fue actuado.

El doctor John Cawley le revela que su verdadera identidad no es Edward Teddy Daniels, sino Andrew Laeddis, paciente con un alto grado de peligrosidad, y que fue internado en el edificio C, después de asesinar a su esposa que era maniaco-depresiva, cuya personalidad la llevó a ahogar a sus tres hijos en el lago de su casa.

El psiquiatra le explica que su compañero Chuck en la realidad era su médico tratante, y que Edward Daniels y Rachel Solano eran los anagramas de Andrew Laeddis y Dolores Chanal (La Ley de los 4), y respecto a ¿Quién es el 67?, es Leaddis el paciente 67 de Ashecliffe.

Esta es sin duda una película compleja y profunda, tanto como la psique humana, en la que el espectador no puede perder el más mínimo detalle. El final inesperado se ve reforzado con la frase del protagonista: ¿Qué sería mejor? ¿Vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?

La cinta se estrenó hace diez años y no deja de impactar, ni pierde actualidad, sobre todo por el tema de la psiquiatría y los tratamientos que se utilizan en los casos, aún por demás extremos.

Actúan Leonardo DiCaprio, todo un consagrado de la pantalla grande; el siempre bueno y fuerte Mark Ruffalo, uno de mis favoritos, y el polifacético Ben Kingsley, el doctor psiquiatra, quien nunca deja de sorprender ante la lente, que en esta ocasión dirige Martin Scorsese, el experto en el manejo de personajes imperfectos.

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