Ante la ola de femicidios sin respuesta alguna por parte de la autoridades del Estado de México, un grupo de familiares de víctimas, en punto de las seis de la mañana, realizaron un plantón a las afueras de la Fiscalía General de la misma entidad (FGJEM).
«Si no hay justicia no habrá paz» decía una de las consignas que pintaron en las protecciones del edificio.
Karen N, madre de Renata, víctima en Ixtapaluca, menciona que las movilizaciones del grupo al que pertenece continuarán hasta que el Fiscal del Estado los atienda y de una respuesta directa a sus peticiones, tras el nulo avance en los casos.
De esta manera, en el contingente se encontraron colectivos de feministas, así como familiares, amigos y conocidos cerca de diez mujeres no han obtenido avances en cada uno de los casos, por lo que exigieron justicia y cero impunidad.
Además lanzaron pintura roja a la estatua de la Justicia. Respaldadas por el contingente «Verdad y Justicia», las manifestantes exigieron una reunión con el fiscal José Luis Cervantes.
No obstante, señala Karen N, estos diez no son los únicos que conforman al grupo, pues aún hay muchos más y conforme siguen en la lucha más se incorporan.
La esperanza de conseguir una respuesta clara se hizo notar con la presencia de los seres queridos y mujeres quienes representan a las víctimas de este delito, desde Ixtapaluca, Tecámac, Azcapotzalco, Neza, Valle de Chalco, Ecatepec, Chimalhuacán, Chicoloapan y otros municipios del Edoméx, madres, hijos, hermanos, todos saciando justicia.
Entre consignas, gritos y peticiones, los familiares de estas mujeres solicitan a la FGJEM den seguimiento a sus casos, pues señala Karen N. si las autoridades realizarán su trabajo, ellos no tendrían por qué estar ahí.
De igual forma, menciona que en el tiempo que llevan, no han sido atendidos por las autoridades.
Sin embargo, si han sido víctimas de comentarios y acciones que desestiman su movimiento; tal es el caso de un trabajador de la FGJEM que, en cuanto los vio colocar sus mantas, lonas y pancartas, sugirió que eran comerciantes.
Así como tener que lidiar con la Policía de Género y los Granaderos, a los cuales Karen N. menciona que, tuvieron que repeler para evitar que se acercaran y regresaran a sus unidades.
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MAO
