El diputado local del PAN y presidente de la Comisión de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgos, Héctor Barrera Marmolejo, exigió hoy a la Fiscalía General de la República, informar al Congreso local, sobre las acciones que ha llevado a cabo para evitar tomas ilegales de combustible en la Ciudad, donde el crimen organizado ha rebasado y burlado a Pemex.
“Los abrazos a la delincuencia organizada en la Cuidad se han traducido en los abrazos al huachicol, a la tolerancia y complicidad de las autoridades locales y federales”, dijo el diputado del PAN.
Ello, apuntó, ha permitido que suba el huachicol en la Ciudad de México, siendo esa una de las hipótesis que los vecinos incluso manejan como el origen del problema con el agua, donde el jefe de Gobierno oculta lo que verdaderamente sucede en Álvaro Obregón y Benito Juárez.
Barrera informó que entre 2022 y 2023, de acuerdo a datos de Pemex, se registraron de 13 a 35 tomas clandestinas en la CDMX.
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“Recordemos que, en enero de este año, en la colonia Jardín Balbuena, Venustiano Carranza, colonos registraron fuertes olores a gasolina en el ambiente, lo que derivo un operativo y se encontró una toma ilegal en un domicilio de la calle Lorenzo Boturini”.
Otro suceso fue en febrero, donde autoridades ubicaron una bodega de huachicol en la Colonia Granjas.
Por su parte, la diputada federal Wendy González Urrutia, expresó que “este gobierno le ha tolerado mucho a la delincuencia y datos de Pemex, revelan que, en un año, se han registrado 169 por ciento de casos de ordeña de combustible”.
Afirmó que la policía local ha realizado un trabajo de aseguramientos de tomas clandestinas, pero no de identificación por acciones de inteligencia por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, sino debido a alertas vecinales que muchas veces son anónimas.
“No vemos un trabajo coordinado entre el gobierno local y la federación para evitar que grupos criminales se apropien de espacios, perforen y extraigan de manera ilegal el combustible; parece que los grupos del crimen organizado tienen el mapeo de los ductos de Pemex y horarios flexibles para trabajar en la extracción que nadie ve nada”.
Wendy González Urrutia manifestó que no sólo es el robo del combustible, sino los riesgos a la salud y el peligro para quienes viven en los alrededores.
“Puede haber explosiones de gran magnitud que pudiera arrasar con viviendas o vidas, eso es lo que verdaderamente nos preocupa y que Martí Batres debe explicar qué grupo criminal se ha quedado con la plaza del huachicol en la Ciudad de México”.
