Fotografía: Daniel Lerman / Unsplash
Más allá de la errática política económica implementada en México por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde su ascensión al poder en 2018, la cual contempla un desastroso manejo de la pandemia, las condiciones de la economía a nivel mundial no son las mejores en este momento y por ello el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado nuevamente a la baja las expectativas de crecimiento para el país en 2022.
De acuerdo con el reporte “Perspectivas de la Economía Mundial (Abril 2022)”, el organismo proyecta un crecimiento de 2.0% para la economía de México en 2022, 0.8% menos de lo previsto anteriormente, pronóstico que se alinea con otras estimaciones hechas tanto por analistas locales como internacionales.
Lo anterior obedece a un sinfín de factores, pero los más relevantes están interrelacionados y son el elevado índice inflacionario a nivel mundial, el aumento en las tasas de interés y las disrrupciones en las cadenas de suministro del comercio global ocasionadas por la invasión de Rusia a Ucrania. A ello debe sumarse, y sus efectos aún no son visibles, los recientes confinamientos en China por causa de una nueva ola de contagios del virus SARS-CoV-2.
“La crisis ocurre cuando la economía mundial aún no se ha recuperado por completo de la pandemia. Incluso antes de la guerra, la inflación en muchos países había estado subiendo por desequilibrios entre la oferta y la demanda y el apoyo mediante políticas proporcionado durante la pandemia, lo cual dio lugar a un endurecimiento de la política monetaria”, se lee en el reporte del FMI.
Como consecuencia de lo anterior, la organización ha revisado a la baja las proyecciones del crecimiento de la economía a nivel mundial que había estimado en enero, y ahora las sitúa en 3.6% tanto para 2022 como para 2023. Este descenso, por supuesto, se origina a partir del conflicto bélico y las sanciones impuestas a Rusia por los países occidentales en tanto ambos factores desacelerarán el crecimiento económico y tendrán un impacto directo en la inflación.
En el caso de México, las previsiones tampoco son optimistas para 2023, pues el FMI pronostica que el crecimiento será de 2.5%, es decir, 0.2% menos que lo contemplado anteriormente. Pese a los esfuerzos hechos por el Banco de México para contener la inflación que lo llevaron a elevar la tasa de interés hasta 6.5%, el índice sigue aumentando mes a mes y de continuar así podría ralentizar el crecimiento y tener un mayor impacto en la economía.
“La guerra se suma a una serie de shocks de la oferta que han golpeado la economía mundial en años recientes. Como una ola sísmica, sus efectos se propagarán a lo largo y ancho del mundo, por vía de los mercados de materias primas y los vínculos comerciales y financieros. Rusia es un importante proveedor de petróleo, gas y metales, y, junto con Ucrania, de trigo y maíz”, señala el reporte.
En este sentido, el FMI es contundente al señalar que la reducción del suministro de dichos productos básicos provocó una escalada de precios que afectará mayormente a los importadores de materias primas en Europa, el Cáucaso y Asia Central, Oriente Medio y Norte de África y la región de África. Sin embargo, también advierte que el alza de los precios de alimentos y combustibles perjudicará a los hogares de ingresos bajos de todas las regiones del mundo, y esto incluye a las Américas y el resto de Asia.
El reporte del FMI no es precisamente optimista y refiere que justo en el momento en que se vislumbraba la recuperación económica de la pandemia la guerra estalló, con lo cual los avances conseguidos se diluyeron cuando no se borraron.
“Las numerosas dificultades a las que nos enfrentamos requieren medidas de política proporcionales y concertadas a escala nacional y multilateral para evitar peores desenlaces y mejorar las perspectivas económicas para todos”, concluye el reporte.
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