Columna Bienestar Integral
Adoptar un estilo de vida saludable puede parecer un desafío monumental, pero con pasos cortos pero constantes, es posible lograr cambios significativos que beneficien tanto al cuerpo como a la mente. A continuación, presentamos una serie de pequeños hábitos saludables que, si se integran en la rutina diaria, pueden transformar tu salud de manera notable.
El famosísimo libro Hábitos Atómicos, de James Clear, habla de la importancia de ir haciendo pequeños cambios diarios en nuestra vida, ya que eso, al final, nos hará mejores personas. En la parte de emprender una vida saludable también podemos ir haciendo esa transformación, pero paso a paso, como nos sugiere el autor de dicha obra.
De inicio, lo que tenemos que hacer es estar convencidos de:
1. Llevar una vida saludable
Adoptar un enfoque holístico hacia la salud implica equilibrar el bienestar físico, mental y emocional. Esto incluye mantener una dieta equilibrada, realizar actividad física regular y gestionar el estrés de manera efectiva.
2. Hacer ejercicio a diario
La actividad física diaria no solo ayuda a mantener el peso bajo control, sino que también mejora el estado de ánimo, aumenta la energía y reduce el riesgo de enfermedades crónicas. Ya sea caminar, correr, nadar o practicar yoga, encontrar una actividad que disfrutes es clave para la constancia. Caminar de forma constante 30 minutos al día ya hace un pequeño cambio.
3. Tomar dos litros diarios de agua
Mantenerse hidratado es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo. El agua ayuda a regular la temperatura corporal, transportar nutrientes y eliminar desechos. Asegúrate de beber al menos dos litros de agua al día para mantener tu cuerpo en óptimas condiciones. Por supuesto, en este recuento no entran aguas frescas azucaradas, ni cafés dulces ni mucho menos refrescos.
4. Empezar a tomar té varias veces al día
El té es una bebida rica en antioxidantes y tiene múltiples beneficios para la salud, como mejorar la digestión, aumentar la concentración y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Integrar varias tazas de té en tu rutina diaria puede ser una excelente manera de mejorar tu bienestar.
5. Integrar verduras a mi desayuno y cena
Las verduras son una fuente inagotable de vitaminas, minerales y fibra. Incluirlas en el desayuno y la cena garantiza que tu cuerpo reciba los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. Además, pueden ayudar a disminuir el apetito, mantener una digestión saludable y prevenir enfermedades.
6. Evitar el consumo de carne roja y pollo
Reducir la ingesta de carne roja y pollo puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Optar por fuentes de proteína vegetal, como legumbres, tofu y frutos secos, puede ser una alternativa saludable y sostenible. Mucho cuidado con las dietas que recomiendan una cantidad excesiva de proteína animal, porque más pronto que tarde tus riñones pagarán las consecuencias.
7. Evitar el pan en cualquiera de sus formas
¿Has leído el libro Cerebro de pan, de David Perlmutter? Si no lo has hecho, léelo, para que veas lo condicionado que estamos al consumo del trigo, pero este cereal no es el mismo que el que consumían nuestros padres y abuelos, pues se ha modificado genéticamente. Los refrescos y las bebidas azucaradas están llenos de calorías vacías y pueden contribuir al aumento de peso y a la resistencia a la insulina. Optar por agua, infusiones o té sin azúcar es una elección mucho más saludable.
8. No tomar refrescos ni agua azucarada
México es campeón en consumo de soda en el mundo, con la impresionante cantidad de ¡163 litros al año!, a decir de un estudio de la OPS, lo cual no es nada gratificante, al contrario. Los refrescos y las bebidas azucaradas están llenos de calorías vacías y pueden contribuir al aumento de peso y a la resistencia a la insulina. Optar por agua, infusiones o té sin azúcar es una elección mucho más saludable.
9. Evitar los licuados de frutas nocturnos
Aunque los licuados de frutas pueden ser saludables, consumirlos por la noche puede interferir con el sueño debido a su alto contenido de azúcar, sobre todo fructuosa. Espero que no seas de quienes además los endulzan… Es mejor disfrutarlos durante el día y optar por opciones más ligeras en la noche.
10. Disminuir las porciones de comida en general
Una famosa conductora de radio, Martha Debayle, siempre dice que, en general, todos comemos mucho y tiene mucha razón. En TikTok, hoy tan de moda, todo mundo recomienda lugares para ir a comer, desde simples puestos callejeros hasta restaurantes de lujo, todo es comida por todos lados. Y sabemos que comer en exceso puede llevar al aumento de peso y a problemas digestivos. Reducir las porciones y comer de manera consciente y pausada (masticando cada bocado y dando el tiempo suficiente a cada comida) ayuda a controlar la ingesta calórica y a mantener un peso saludable.
11. No comer quesos
El queso, aunque delicioso en cualquiera de sus formas y tipos, es alto en grasas saturadas y calorías. Reducir o eliminar el consumo de queso puede contribuir a una dieta más saludable y a la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
12. Evitar consumir leche
Un conocido doctor naturista, Erik Estrada, siempre dice que no somos becerros para consumir leche. «El humano es el único ser que consume leche de otra especie». Lo cierto es que de adultos, no la necesitamos. Es cierto, es sabrosa, pero podemos dejarla fuera de nuestra ingesta diaria. La leche y sus derivados pueden ser difíciles de digerir para muchas personas y están asociados con problemas como la intolerancia a la lactosa y el acné. Optar por alternativas vegetales, como leche de almendras o avena, puede ser una opción más saludable para muchos.
Cada pequeño cambio cuenta
Solo me queda sugerirte que empieces ya, no demores más ni postergues esta iniciativa. Adoptar estos hábitos saludables puede parecer todo un desafío al principio, pero con el tiempo, estos se convertirán en una parte natural de tu vida diaria. Cada pequeño cambio cuenta y, juntos, pueden llevar a una mejora significativa en tu salud y bienestar. Recuerda que la clave está en la constancia y en escuchar a tu cuerpo. Empieza hoy y da el primer paso hacia una vida más saludable.
Autora: Magdalena Macías Macías / Mundo Farma
