DE ACUERDO CON LA SECRETARIA DE SALUD, EN MÉXICO HAY MÁS DE 2 MILLONES DE PERSONAS QUE TIENEN ALGÚN NIVEL DE PÉRDIDA AUDITIVA.
En un mundo lleno de ruido y bullicio, la pérdida de discriminación auditiva se presenta como un desafío silencioso para aquellos que luchan por entender claramente las palabras y sonidos que les rodean. Aunque para muchos pasa desapercibida, para otros es una realidad constante que afecta su capacidad de comunicación y comprensión del entorno.
La audióloga Catalina Bulla, especialista de GAES México, explica que la pérdida de discriminación es la dificultad para entender y percibir los sonidos relacionados con una banda específica de frecuencias, lo que puede afectar la comprensión del habla y la comunicación en general. Las causas de este problema son diversas, incluyendo el envejecimiento natural, traumas acústicos debido a la exposición a ruidos intensos y enfermedades que dañan el nervio acústico, como la rubeola o la meningitis.
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¿Cómo podemos identificar esta condición? Bulla señala que estas son algunas de las señales más comunes de la pérdida de discriminación:
- Dificultad para seguir conversaciones, especialmente en entornos ruidosos o en grupos.
- Percepción de las palabras como sonidos indistintos o balbuceos.
- Dificultad para entender e interpretar los sonidos.
- Percepción de zumbidos y silbidos en los oídos (acúfenos).
- Dificultad para escuchar frecuencias de tonos altos, como las voces agudas de los niños.
- Incapacidad para percibir ciertos sonidos específicos de las palabras, como las consonantes mudas («p» o «t»).
De acuerdo con la Secretaría de Salud de México, aproximadamente 2.3 millones de personas en el país padecen algún nivel de pérdida auditiva. Más del 50% de estos casos afectan a personas mayores de 60 años, mientras que poco más del 34% afecta a personas de entre 30 y 59 años. Incluso, cerca del 2% de los casos corresponde a niñas y niños. Ante esta realidad, es crucial realizar revisiones auditivas periódicas, al menos una vez al año, para detectar a tiempo cualquier deterioro y recibir un tratamiento adecuado.
Catalina Bulla enfatiza que la pérdida de discriminación puede diagnosticarse mediante pruebas auditivas como el examen audiométrico tonal y la audiometría vocal, las cuales permiten determinar el umbral auditivo de la persona y evaluar su capacidad para entender palabras y sonidos.
En un esfuerzo por mejorar la calidad de vida de aquellos que enfrentan esta condición, es fundamental crear conciencia sobre la importancia de cuidar y proteger nuestra audición. La detección temprana y la búsqueda de ayuda profesional pueden marcar la diferencia en la vida de quienes viven con la pérdida de discriminación auditiva.
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