La evolución es lenta, no tiene síntomas en las primeras etapas y es hasta después de un tiempo que puede presentarse inflamación, y posteriormente producir fibrosis, cirrosis y en algunos casos cáncer hepático: Rodrigo Vázquez.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) publicó un estudio que determinó que uno de cada diez menores de entre 1 y 15 años tiene sobrepeso, obesidad y padece de hígado graso, lo que representa la falta de actividad física y una alimentación poco saludable.
La investigación «Detección de hígado graso no alcohólico en niños con sobrepeso y obesidad» recabada en pacientes pediátricos de Colima y difundida en 2021, señaló que el 11 por ciento de los menores son propensos a padecer hígado graso y se encuentran en riesgo de presentar más daños a la salud, de la mano con las tendencias de la alza en obesidad infantil.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT 2018, más de un tercio de los menores de entre 5 y 11 padece sobrepeso y obesidad. Por esta razón la importancia de que los padres estén al pendiente de que sus hijos tengan una alimentación saludable para evitar la acumulación de grasas, señaló el Rodrigo Vázquez Frías, coordinador del Comité de Nutrición Temprana de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.
En el marco del Día del Niño, celebrado el 30 de abril, el experto agregó que este padecimiento se asocia a un mayor riesgo de tener diabétes, hipertensión arterial, daño renal y cardiovascular, y si se quiere evitar tener estas enfermedades en edad adulta, es necesario tomar medidas desde la edad temprana para revertir la condición.
“La evolución del hígado graso es lenta, no tiene síntomas en las primeras etapas y es hasta después de un tiempo que puede presentarse inflamación, y posteriormente producir fibrosis, cirrosis y en algunos casos cáncer hepático, conforme avanza la edad, lo cual se puede evitar si se atiende el problema de sobrepeso y obesidad en niñas y niños, porque este podría considerarse como el primer síntoma”
Rodrigo Vázquez Frías, coordinador del Comité de Nutrición Temprana de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.
El hígado graso es la enfermedad hepática más frecuente en menores después de la hepatitis A, entre los síntomas se encuentra el color amarillo en la piel y el dolor por inflamación en el hígado, es recomendable acudir al médico de forma inmediata en cuanto aparecen y en el caso de los menores se aconseja realizar un perfil hepático para conocer las posibles alteraciones.
Te puede interesar: Caída «alarmante» de vacunación en niños de América Latina
D.E.
