Pensaba que los tiempos difíciles eran oportunidades para forjar nuevas generaciones de artistas, capaces de renovar las manifestaciones estéticas del pasado
Durante la segunda mitad del siglo pasado nació un grupo de artistas cuyos integrantes decidieron que el discurso nacionalista, manejado de forma imperante con el muralismo y sus próceres (Rivera, Orozco y Siqueiros), ya no era suficiente y tenían que innovarse los valores estéticos.
Sin manifiesto de por medio, pero con la sinergia creada entre pintores, escritores y poetas, nació la Generación de la Ruptura, a la que pertenecieron figuras como Vicente Rojo, Juan Soriano o José Luis Cuevas, sólo por mencionar algunos.
Ellos llevaron trazos, colores y expresiones estéticas a otro nivel: el de la abstracción que en definitiva rompió los cánones del momento, pero, ¿es posible que en este siglo nazca una generación que también renueve los discursos producidos y reproducidos durante más de 50 años?
Manuel Felguérez, uno de los nombres más representativos en el arte abstracto y de la Ruptura, en alguna ocasión me brindó catedra a partir de la pregunta que le hice en el mágico estudio-taller que tenían en su casa, donde pasaba horas perfeccionando lo que sabía (dicho así por él mismo) y sin dejar de generar obra nueva para el Museo de Arte Abstracto que llevaba su nombre, inaugurado en 1998 en su natal Zacatecas.
Su respuesta a la pregunta fue: “La creación de la Generación de la Ruptura es casual. Es como suerte, porque nosotros que éramos pintores y escultores, creamos amistades interdisciplinarias con cineastas o escritores como Octavio Paz, Carlos Fuentes, el mismo García Márquez; ahorita para que vuelvan a juntarse jóvenes así, tendrían que pasar 20 o 30 años más. Ver una generación consolidada no es tan fácil, pero siempre está la esperanza de que se desarrolle.”
El autor de Puerta 1808, ubicada en la esquina de Paseo de la Reforma y Bucareli, estaba convencido de que los tiempos difíciles eran detonadores de movimientos o corrientes novedosas en campos como las artes, aunque tampoco deseaba que sucediera en México una desgracia capaz de promover estos cambios.
“Son indispensables los nuevos discursos para generar la cadena (generaciones de artistas en el tiempo) y lo cierto es que actualmente hay una gran cantidad de creadores que buscan exhibir su obra en los diferentes espacios de la ciudad; sin duda es cada vez mayor el interés de las nuevas generaciones por la creación estética, pero también es cierta aquella famosa sentencia de que cantidad no tiene que ver con calidad.”, pensaba el pintor.
Hoy México, como todo el planeta, se enfrenta a los embates de la pandemia por Covid-19 que ha venido a trastocar la vida como la conocíamos en sus formas de comunicación, economía y políticas públicas; el mismo Felguérez fue víctima mortal de este virus en junio pasado.
Con este texto busco conmemorar el natalicio del artista un 12 de diciembre, pero también reflexionar en el momento. Como él mismo decía, a veces de las catástrofes hacen cambios y, quizás, este es el momento oportuno para ver crecer una nueva corriente estética, a partir de la tragedia mundial.
