1. En la conferencia matutina del viernes pasado, el presidente López Obrador dijo que “va por los [organismos] autónomos, uno por uno”. Expresó que estos organismos fueron creados en el periodo neoliberal para “simular” y para pagar sueldos millonarios. ¿Es justificada su crítica?

2. Aunque la oposición tiende a romantizar e idealizar a los organismos autónomos como si fueran inmaculados, no se puede descalificar ni desoír a priori la crítica del presidente. Puso como ejemplo el caso del INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales), que fue creado en 2002 y estuvo funcionando en épocas donde la corrupción era evidente y galopante: Fox, Calderón, Peña, y ahora mismo. ¿Garantizó el INAI transparencia, y por ende contribuyó a que se redujera la corrupción? La respuesta de AMLO es que no, y que, por tanto, el INAI solo “simulaba”. Si usted está en desacuerdo con todo lo que el presidente dice, está en su derecho; pero planteémoslo así: ¿cuáles han sido los los alcances del INAI en pos de la transparencia y la reducción de la corrupción? La verdad es que los resultados han sido limitados.

3. Otro ejemplo que dio el presidente fue la COFECE (Comisión Federal de Competencia Económica), cuya misión supuestamente es garantizar la libre competencia. Ahora bien, la libre competencia sólo tiene sentido si está orientada al beneficio del consumidor, no como mecanismo de protección de las grandes empresas. La libre competencia debe garantizar al consumidor acceso a mejores precios y calidades. Vaya, la libre competencia debe repercutir en el poder adquisitivo de las personas y en su nivel de bienestar; la libre competencia se desvirtúa si se convierte en un club de industriales para asegurar sus intereses. López Obrador sostiene que la COFECE ha servido a intereses de empresas, no del pueblo. Y para robustecer su crítica expuso que recientemente la COFECE autorizó la concesión de una mina de litio en Sonora a una empresa China, cuando el litio debe ser de los mexicanos.

4. AMLO criticó también a la Secretaría Técnica del Sistema Nacional Anticorrupción. Aunque no se trata de un organismo constitucional autónomo, sino de un sistema que cuenta con una coordinación y un órgano ejecutivo, no escapó a las críticas del presidente. López Obrador dijo que este sistema fue creado cuando más corrupción había y cuando la corrupción no era delito grave, lo que para él es una prueba de que el sistema fue creado para simular. Y por eso propone desaparecer esta secretaría técnica. Y tiene cierta razón, pues de qué servía tener un “Sistema” para combatir la corrupción, si la corrupción no era delito grave. Que no fuera delito grave parece demostrar que el sistema político-jurídico en su totalidad estaba diseñado para proteger a los corruptos y evitar dos cosas: a) que fueran a prisión y b) que devolvieran lo que expoliaban. Desde ese ángulo sí se puede llevar uno la impresión de que un Sistema Anticorrupción es una simulación.

5. El presidente Obrador insiste en que los organismos autónomos fueron creados para “simular” y para pagar sueldos millonarios (sueldos de 200 mil y hasta de más de 300 mil pesos mensuales). Y no solo los organismos autónomos, sino también los fideicomisos. Recordó que su administración ha suprimido más de 90 fideicomisos y que eso ha generado un ahorro de casi 80 mil millones de pesos (que son unos 4mil millones de dólares; muchísimo dinero). Y propone ahora que 16 organismos (9 desconcertados y 7 descentralizados) sean absorbidos por dependencias del gobierno federal.

6. Entre ellos podemos mencionar al INAPAM (Instituto Nacional para las Personas Adultas Mayores) y el CONADIS (Consejo Nacional para el Desarrollo e Inclusión de Personas con Discapacidad), que pasarían a la Secretaría del Bienestar. El CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) se quedaría como una dirección de la Secretaría de Gobernación. El IMJUVE (Instituto Mexicano de la Juventud) pasaría a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. El INECC (Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático) quedaría en SEMARNAT y la AMEXCID (Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo) se convertiría en una simple dirección de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Y así varios organismos más. El presidente plantea también, como ya mencioné, desaparecer la Secretaría Técnica del Sistema Nacional Anticorrupción, y la Secretaría Técnica del CONAPO (Consejo Nacional de Población).

7. El presidente admitió que será muy difícil la desaparición de organismos autónomos cuya extinción requiere reforma constitucional, pues “los conservadores” bloquearían cualquier reforma. 8. Sin duda la desaparición más importante que busca López Obrador es la del INE (Instituto Nacional Electoral). Si lo lograra, la organización y supervisión de las elecciones quedaría en manos de la Secretaría de Gobernación, es decir, en manos del presidente en turno, como sucedió durante el priato (¡imagínense usted que mi primera credencial de elector estaba firmada por Emilio Chuayfett, secretario de Gobernación!). Pero para desaparecer el INE se necesita el voto de la oposición. Si la oposición otorgara tal voto, se estaría haciendo el harakiri.