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Ya lo dijeron los griegos. Y es que hasta el día de hoy nos seguimos guiando de forma cotidiana con sus aportaciones filosóficas, matemáticas, literarias, cívicas, artísticas, deportivas, medicinales, arquitectónicas, astronómicas, geográficas y de todas las disciplinas que uno pueda recordar, los griegos ya estuvieron allí.

Fue Eratóstenes de Cirene (276-194 a.c), filósofo, astrónomo y director de la biblioteca de Alejandría, el primero en medir el meridiano terrestre, una medición llevada a cabo en un solsticio de verano, comparando la inclinación de los rayos solares en la ciudad de Alejandría y en la ciudad de Siena ( actualmente Assuán). El cálculo fue casi perfecto 39,500Km. Erró unicamente en 500Km, actualmente se sabe que son 40,000Km.

Uno de los seguidores de Eratóstenes, Posidonio de Rodas ( 135-50 a.c), repitió el experimento y creyó encontrar un error en él pues sus cálculos dieron 28,400Km. Las dimensiones terrestres se redujeron de forma considerable.

Los griegos intuían, sabían que la tierra era esférica . Y en un mundo de creencias terraplanistas  como fue el medievo europeo, esta información la  retomó como válida un mercader, geógrafo, cartógrafo alemán Martin Behainm ( 1459-1507) , que construyó el primer globo terrestre sobreviviente que se conoce  fechado en 1492, el mismo globo que forma parte de las muchas historias que se cuentan como el catalizador que llevó a Colón a creer que China estaba al otro lado del Atlántico e incursionarse en un viaje memorable.

Pero espera, que…¡ya lo dijeron los griegos!.

Ya sabemos que Posidonio de Rodas redujo las dimensiones de la tierra a casi la mitad de su  dimensión real. Y aún así parecía que esas dimensiones eran demasiado grandes en relación a la tierra conocida la “ecúmene”. Fue el sentido de simetría  férrea griega la que le llevó a otro protagonista de hoy Crates de Mallus ( 145a.c), cartógrafo, gramático, filósofo y director de la biblioteca de Pérgamo, la segunda más importante detrás de la de Alejandría, a postular la existencia de otros 3 continentes contrapuestos que compensaran la masa de la ecúmene, y las denominó: Antípodas, Periecos y Antecos.

El mismo Crates de Mallus diseñó un globo terrestre donde ubicaría estas tierras que por lógica debían existir, las situó en donde hoy sabemos que existen América del Norte, América del Sur y Australia.

Y es que…. ¡ Ya lo dijeron los griegos!