Combate extremo entre el presidente López Obrador y la autoridad electoral, INE y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al puro estilo de la UFC, se observa un octágono sangriento, donde los peleadores ejecutan artes marciales mixtas, lucha olímpica (estilo libre), Jiu-Jitsu brasileño, kickboxing, boxeo, Muay Thai, Taekwondo y Karate, cada golpe y movimiento en el ring vislumbran consecuencias graves, irreparables, impensable atentar contra la democracia. El tiro estaba cantado desde principios de año, cuando el INE determinó reglas precisas para evitar que el poder público se entrometa de forma alevosa en la pasada contienda electoral, apelando a la legalidad, prohibió la trasmisión integra de las “Mañaneras”, apegándose al artículo 143 constitucional y demás ordenamientos legales, el uso discrecional e insidioso de espacios oficiales atenta contra el principio de equidad electoral. Dicho lineamiento desato la furia presidencial, quien alude que la autoridad electoral pretende sesgar su libertad de expresión. De ahí, varios rounds.
Hemos insistido, ningún país que se autodenomine democrático se entromete en las campañas electorales, recordemos que el presidente y sus aliados reaccionaron negativamente, por años criticaron al PRI y al PAN de absolutistas, sus denuncias eran certeras sobre el tema, buscaban parcialidad en la justa electoral, quedo demostrado, que en México, quien llega a Palacio Nacional lo quiere TODO.
El mandatario pretende un cambio profundo, una renovación tajante, simple y llanamente, eliminar a la autoridad electoral, su anunciada reforma. Asegura que no es un asunto personal, considera que no están a la altura de las circunstancias, “El Tribunal Electoral está al servicio de la partidocracia, de los que los pusieron, los que nombraron a sus integrantes… existe un comportamiento faccioso, manejando la ley a su antojo, ni siquiera dependen del Poder Judicial, eso es una pantalla… los partidos políticos crearon ese Frankenstein a imagen y semejanza de sus intereses”.
México enfrenta tiempos inusitados, pobreza, inseguridad, violencia, desempleo creciente, colapso económico, feminicidios, abusos de autoridad, corrupción, déficit sanitario, sumido por la pandemia COVID-19, que ha registrado a lo largo de la semana records históricos, 28 mil casos en un día, rebasando las 250 mil muertes y la cuenta sigue, debido al manejo irresponsable en la materia. Temas torales por resolver se empantanan por la inconsciencia gubernamental, que solo traduce su actuar en cachar votos, mantener a como de lugar la presidencia de la república en 2024.
Corrupción y desigualdad social, sendas de la antidemocracia, pregunto, ¿Acaso deseamos como mexicanos, un poder totalitario? Como dijo Herbert Clark Hoover, ingeniero, empresario y político estadounidense, trigésimo primer presidente de los Estados Unidos (1929 a 1933): “Es una paradoja que todos los dictadores hayan subido al poder por la escalera de la libertad de expresión. Inmediatamente después de alcanzar el poder cada dictador suprimió la libertad de expresión a todos excepto la suya propia”. Sumemos Voces.
