Estoy segura que uno de los grandes regalos que nos dará la vida es viajar.

El destino a donde queremos dirigirnos es importante, pero toma mayor relevancia ahora la Satisfacción con Significado que nos deja la experiencia de viajar. Conocer nuevas personas, lugares y culturas. Estos conceptos los juntas para crear emociones inolvidables.

La aventura comienza desde la planeación del viaje, buscar ese lugar maravilloso que al ver la foto o video te mueve algo dentro de ti que hace sentir que ya estás en el lugar.

Esto mismo he sentido con el siguiente destino que he disfrutado vivir.

A todos nos atrae el mar por la energía que nos da contemplar el agua y las olas que revientan en la playa. Esos amaneceres de película que nunca olvidamos, aunque pasen los años.

¿Pero que hay si lo disfrutas meciéndose el barco sobre las aguas? Pero no esos grandes cruceros que son como una ciudad surcando el mar, con colas para hacer cualquier actividad, bullicio y ruido que no te deja escuchar la naturaleza de tu alrededor.

Al barco que me refiero es uno que, sin ser muy pequeño, es acogedor, intimista y te permite convivir con otras personas en un ambiente de más cercanía y complicidad teniendo por supuesto espacio para estar solos y reflexionar o leer un buen libro.

En cubierta tal vez un partido de mini golf con algún pasajero. Relajarte en la alberca contemplando una ciudad medieval o viñedos a lo lejos.

Escuchar música en vivo por la noche de un gran pianista o una orquesta de cámara disfrutando la cena con los mejores platillos nativos con condimentos de la zona por los que estas navegando en ese momento.

Este barco no cruza los mares sino los principales ríos de Europa y Asia. Al navegar por sus aguas tranquilas vas contemplando cada rincón especial que el paisaje te regala.

Al llegar al puerto de destino hacer un tour con un guía local que te mostrará la ciudad a tu ritmo, los mejores lugares históricos, la gastronomía del lugar en un restaurante con su terraza admirando la plaza y su arquitectura colonial o medieval dependiendo de la ciudad que visites.

Así vas recorriendo varios países y sus principales puertos en un Hotel boutique de lujo flotante. Sin tener que preocuparte por empacar y desempacar cada día y mucho menos cargar con tus maletas. Estas se quedan en tu camarote todo el viaje.

Cruzar aduanas con mucha gente esperando en fila no lo vas a vivir. Todo lo tramita el personal del barco por ti. Más seguro y confortable no puede ser.

Las embarcaciones a las que me refiero son barcos fluviales de no más de 2 pisos y la terraza en la cubierta. Cuentan con camarotes con terraza algunos y vista al exterior. Jamás te sentirás encerrado en un camarote si ventanas o con el sonido de pasajeros corriendo por el pasillo o ruido de los elevadores junto a tu cama.

Tienen todo el lujo y confort que puedes desear. Salón de belleza y boutique. WIFI gratis a demás que las distancias entre un puerto y el siguiente no es mucho tiempo, aun así, desearas no llegar para disfrutar el paisaje a lo largo de la ría.

Existen muchas rutas, las más bellas: Amsterdam, Cologne, Holanda y Flandes…otra llena de música: Viena, Bohemia y tesoros del Danubio. Sin lugar a dudas existen muchos viajes por descubrir.