Dicen los expertos en astrología que las personas regidas por la casa de Piscis en su Signo Zodiacal son creativas y esotéricas, con halos de misterios e imprevisibles; les gusta la meditación, se la pasan innovando, pensando en nuevas maneras de transformar una idea hasta que logran mejorarla y aun así siempre creen que puede ser perfectible; les gusta el arte, el espiritismo y casi siempre son filántropos.

Tras meterse un poco en los misterios que envuelve la astrología y conocer cómo es este signo que rige a quienes nacieron entre el 20 de febrero y el 20 de marzo, es inevitable pensar en cuatro piscianos famosos, tres de ellos unidos por el mismo día en que nacieron y el cuarto, por la creatividad y el intelecto que compartió con los otros.

Hablo de los “hermanos piscis” José Luis Cuevas, Raúl Anguiano y Eulalio Ferrer, quienes nacieron un mismo día, el 26 de febrero: mientras Cuevas se sumergió en el arte abstracto e intentó revolucionar la plástica con sus creaciones que causan fascinación al ver la belleza de un cuerpo casi amorfo, Anguiano no olvidó sus principios como muralista y retrató el paisaje, a la gente indígena sumergida en sus fiestas y tradiciones muy mexicanas, era en esa polaridad donde subyacía la fascinación por la amistad.

En medio de ellos tenemos a don Eulalio Ferrer. Producto del exilio español, concentró su intelecto y trabajo en el país al convertirse en un exitoso empresario, publicista y nada menos que miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, donde ocupó la silla XXII y toda su creatividad utilizada para la publicidad la depositó en el enriquecimiento del lenguaje; a petición suyo, por ejemplo, la Real Academia Española reconoció en 1992 el verbo “cantinflear” en su diccionario.

No se puede hablar de Eulalio Ferrer sin soslayar su profundo conocimiento en la vida y obra de Miguel de Cervantes Saavedra, tampoco hay que olvidar su colección bibliográfica sobre el Quijote que fundó la Biblioteca Cervantina Eulalio Ferrer y mucho menos su colección de arte con la que fundó el Museo Iconográfico del Quijote, en Guanajuato.

La publicidad, además del Signo Zodiacal, unía a Gabriel García Márquez —el cuarto pisciano— con Ferrer. El Gabo era un ser especial, lleno de creatividad, reconocido por su trabajo como reportero y escuela para muchos que intentan aprender del oficio.

Padre del realismo mágico, García Márquez heredó al Boom Latinoamericano la grandeza y complejidad, depositada en obras como Cien años de soledad, Crónica de una muerte anunciada, El Coronel no tiene quien le escriba o Memoria de mis putas tristes.     

El Signo de Piscis era lo de menos para este cuarteto, lo importante es que ellos sentían una tracción fraternal tal que cada año celebraban los cuatro el cumpleaños de los primeros tres en grandes eventos a los que acudían escritores, políticos y casi siempre era la de Lola Beltrán una de las voces que amenizaban el festejo. Los cuatro están muertos; sin embargo, es bueno pensar que como buenos piscis nadan en algún río caudaloso y cristalino, donde el ingenio los hace ser nuevamente los protagonistas.