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MIS OJOS EN EL MUNDO

Arlene Ramírez Uresti

Arlene Ramírez Uresti

Arlene Ramírez Uresti, Licenciada en Relaciones Internacionales por el Tec de Monterrey, Maestra en diplomacia con especialidad en terrorismo por la Universidad de Norwich.

Twitter: @ArleneRU

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LinkedIn: www.linkedin.com/in/ArleneRU

Privilegiar a jóvenes sobre intereses políticos.

Pensar en los jóvenes debe ser sin duda la más alta prioridad del Gobierno, por supuesto me refiero a los jóvenes mexicanos, los que han iniciado clases en un momento catastrófico de la realidad nacional y global.

En los jóvenes que han tenido que encontrar en el espacio digital una oportunidad de aprendizaje y quienes, frente a un televisor, esperan continuar con el esfuerzo que los lleve a vivir mejor.

Mientras en los últimos dos años, la actividad económica en el país ha registrado profundas contracciones, diversos sectores (menos el cercano al Presidente, quien insiste en manejar otros datos y en que la entrada de la economía mexicana en una fase de recesión es parte del complot orquestado por sus adversarios), viven el día a día alarmados al ver cómo el desarrollo desaparece y cómo los sueños de progreso se detienen.

Con un panorama complejo, el actual gobierno se esmera en reforzar con propaganda política, logros que no existen, proyectos que no se concretan y realidades paralelas que ponen en riesgo el desarrollo económico del país.

Con esta visión a cuestas, miles de jóvenes iniciaron un ciclo escolar por demás complejo. Limitado por el rezago tecnológico, el analfabetismo digital y nulos programas sociales para evitar la deserción escolar.

Probado está que Jóvenes Construyendo el Futuro, es un elefante blanco que servirá de estandarte para la próxima etapa electoral en México, pero que sin resultados y sin eficiencia, sigue acumulando jóvenes mexicanos que ni estudian ni trabajan.

En México, hay ocho millones de mujeres jóvenes que no tienen empleo remunerado y que deben conformarse con ocuparse de tareas del hogar, por no encontrar oportunidades, ni educativas ni laborales. Según datos del Instituto Nacional de las Mujeres, hay mexicanas que cuentan con estudios de licenciatura o bachillerato que no tienen acceso a condiciones dignas de empleabilidad. Las jóvenes mujeres mexicanas que logran acceder a un empleo ganan menos que los hombres o son despedidas por cuestiones de género.

En el contexto de la pandemia, los mexicanos centennials (aquellos que nacieron después del año 2000), quienes se espera tengan una esperanza de vida de cien años y llegarían a dirigir empresas a partir del 2045, con espacios más automatizados, empleos a distancia y en contextos sin oficinas, incluso con especialidades profesionales que aún no conocemos y para las cuáles el sistema educativo mexicano y el contexto laboral ya debería estar listo e invirtiendo, se han encontrado con un momento educativo que surge como reacción a la emergencia sanitaria, pero que sin infraestructura no resultará eficiente.

En México, este año se graduarán 500 mil jóvenes del sistema de educación superior y preocupantemente, el ritmo de generación de empleo no responde a la dinámica del mercado laboral. El desempleo y la recesión económica exigen que primero sean los mexicanos, y después, los intereses políticos que desde la mezquindad atropellan los derechos de nuestros jóvenes a encontrar oportunidades para un desarrollo digno.

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