Han pasado ya varios días y todavía me sigo preguntando: ¿Cómo es posible que la imagen de Virginia Torrecilla no haya ocupado ninguna portada en España?
Seguramente tú que estás leyendo esto no sepas quién es Virginia Torrecilla, pero déjame contarte.
Virginia es una futbolista del Atlético de Madrid y una de las mejores jugadoras de la selección española, quien en el pasado mundial de Francia 2019 demostró que vendrán cosas muy importantes para este conjunto.
Además, la centrocampista nacida en Cala Millor (Mallorca) es una de las mejores de Europa en su posición, y es uno de los máximos exponentes del lema “Nunca dejes de creer” que, tanto el club rojiblanco como sus aficionados, llevan tatuado a fuego en su personalidad.
El pasado 21 de mayo de 2020, en plena emergencia sanitaria, la capitana de la selección española daba a conocer que el 14 del mismo mes le había sido detectado un tumor cerebral y el 18 de mayo extirpado.
Desde ese momento, Virginia se convirtió en un ejemplo de inspiración y superación para sus compañeras de equipo, rivales y aficionados.
Este sábado 16 de enero, el Atlético de Madrid enfrentaba al Levante en la final de la Supercopa de España. Las colchoneras derrotaron a las granotas por 0-3 gracias al doblete de la camerunesa Njoya Ajara y la venezolana Deyna Castellanos.
Al finalizar el encuentro, Amanda Sampedro, capitana del Atlético de Madrid, se enfiló a las gradas para buscar a su compañera de equipo y selección.
Y así juntas levantar el cielo del Almería el trofeo que acredita al equipo entrenado por José Luis Sánchez Vera, cómo campeonas de la Supercopa de España 2021.
Tras ese emotivo momento llegó el momento de bajar al pasto con sus compañeras y disfrutar de las mieles del triunfo.
La imagen de la que hablo al principio de este texto es la protagonizada por Sampedro y Torrecilla cargando el trofeo en el túnel de vestuarios antes de pisar el terreno de juego con una sonrisa en la cara que nos demuestra a todos los que amamos el fútbol que nunca hay que dejar de luchar y lo bonito y emotivo que puede ser este deporte.
Y cómo aficionado al fútbol y profesional de los medios de comunicación molesta mucho la diferencia del trato que hay frente a un caso similar, pero en el fútbol masculino.
El 28 de mayo de 2011 el FC Barcelona derrotaba en Londres por 3-1 al Manchester United, a la hora de levantar “La Orejona”, Carles Puyol, capitán del Barça en ese entonces le cedió el brazalete al francés Eric Abidal para levantar el trofeo en conjunto y un día después ocupar portadas.
Al ver esto me surgen demasiadas preguntas:
¿Por qué no sucedió lo mismo con Virginia Torrecilla y Atlético de Madrid este fin de semana?
¿Si fuera un jugador como Sergio Ramos, Piqué o Koke quien estuviera atravesando por esta situación y protagonizado la misma imagen, hubiera ocupado esa imagen la portada de los medios?
Como personas, periodistas y amantes del deporte debemos darles la misma importancia a jugadores cómo jugadoras ya que son ellos los que nos permiten disfrutar del fútbol con su talento y contar sus historias.
Y la de Virginia Torrecilla, es una historia de amor por el fútbol y la vida, digna de ocupar todas, todas las portadas de los medios ya que nos enseña a no perder la sonrisa ni en los peores momentos.
