Este sábado la selección mexicana volvió al Estadio Azteca tras catorce años de ausencia para enfrentar y derrotar por 3-1 a Costa Rica.
Seguro tú que estás leyendo esto, dirás: ¨está loco, no se entera, el último partido de la selección en el Coloso de Santa Úrsula fue el 30 de septiembre de 2020 y México derrotó a Guatemala por un marcador de 3-0¨.
Pero no, él que está equivocado eres tú: querido amigo, familiar, conocido o lector. Cómo dice el título de esta columna, el fútbol es fútbol, el deporte no entiende de géneros tan solo es deporte así que hablemos de este hecho histórico.
Tuvieron que pasar catorce años, si estás leyendo bien casi tres lustros para que las jugadoras de la selección mexicana pudieran ponerse la camiseta y representar a México en la que es su casa y uno de los estadios con más historia del mundo.
¿Por qué tuvieron que pasar 5,008 días para que las futbolistas mexicanas tuvieran el privilegio de pisar el pasto del Estadio Azteca y escuchar el himno nacional retumbando en un estadio vacío?
Son preguntas que uno se hace, pero quedémonos con lo positivo.
Parece que algo está cambiando en el fútbol mexicano cuando empezamos a ver este tipo de acontecimientos, los cuales deseo que se repitan con mayor frecuencia y no tengan que pasar casi 14 años para ello.
Uno de los cambios que más me ilusiona es que Mónica Vergara esté al frente de la selección absoluta. En 2018 logró que la selección Sub 17 llegará a la final del mundial frente a España quien contaba en sus filas con Eva Navarro, actual jugadora del Levante femenino o Claudia Pina delantera del FC Barcelona cedida en el Sevilla.
Habrá quien piense o me diga: ¨pero es que el fútbol femenil no genera tanto como el masculino¨ y esa afirmación es bastante cuestionable.
En Brasil Marta Viera está al mismo nivel que Ronaldo o Neymar, en Estados Unidos la selección femenil ha ganado cuatro mundiales, lo más lejos que han llegado los hombres es a cuartos de final en 2002 tras eliminar a México en Corea y Japón.
Puede que en términos económicos no se genere lo mismo, pero presenté ejemplos donde el rendimiento deportivo es mayor por parte de las futbolistas, entonces ese tema de la generación creo que es cuestión de perspectiva.
Claro que me gustaría que la generación de Kenti Robles, Nicoles Pérez, Stephanie Mayor, Daniela Espinosa, Cecilia Santiago y compañía pudieran disfrutar un encuentro con el Azteca a reventar, donde las marcas e involucrados en el fútbol femenino tengan la oportunidad de demostrar que fútbol es fútbol y que la selección mexicana es un producto rentable juegue quien juegue.
Esta generación se merece todo nuestro apoyo y confianza, eso es la base para que el deporte siga creciendo, sigamos exportando jugadoras y que llegue el día donde no solo las jugadoras lloran al escuchar el himno en Santa Úrsula, sino también nosotros, los aficionados nos dejemos las gargantas y lágrimas animando y cantando con ellas.
