No hay una imagen más clara de que la NFL está viviendo un cambio generacional que la de Ben Roethlisberger, quarterback de los Pittsburgh Steelers, sentado y solo en la banda del Heinz Field con lágrimas en los ojos.
Y como aficionado de los Steelers, claro que esa imagen duele, pero también hay que ser realistas; la vida sigue y el cambio generacional en la NFL ya está consumado.
De los 8 equipos que quedan en búsqueda de un lugar para el Super Bowl LV, solo Tom Brady, Drew Brees y Aaron Rodgers fueron drafteados antes del 2006.
Los cinco restantes: Goff (2016), Mahomes (2017), Mayfield, Allen y Jackson (2018) a lo mucho llevan cinco años en la elite y ya tienen a sus equipos luchando por disputar un Super Bowl.
Jared Goff y Patrick Mahomes al igual que Brady, Brees y Rodgers ya saben lo que es disputar el último partido de la temporada y únicamente el quarterback de Los Angeles Rams no ha logrado hacerse con el Vince Lombardi.
¿Será este año cuando veremos a un quarterback de la generación del 2018 llegar al Superbowl? Es curioso como en los dos años anteriores, mariscales de campo de 2016 y 2017 llevaron a su equipo a este partido.
Tendremos que esperar unas semanas más para saber si la generación del 2018 llega al Súper domingo.
El fin de semana fuimos espectadores de que no hay racha que veinte años dure en la NFL y es que Tampa Bay, Buffalo y Cleveland lograron ganar un partido de postemporada tras más de una década de ausencia en este tipo de juegos.
Hay cosas que no cambian en esta liga, y aunque Chase Young, el mejor novato defensivo de este año, puso todo su empeño, Tom Brady es quien más sabe de este deporte dentro del terreno de juego, guiando a los Bucs a la victoria en su regreso a la postemporada; y quien tuviera dudas en verano, aquí la respuesta: Brady ganó la partida a Bill Bellichick.
Josh Allen demostró que este es su año de consagración mejorando considerablemente su porcentaje de pases aéreos que, complementado a su gran tamaño y valentía para correr con el balón, hacen soñar a la Bills Mafia, ese equipo que en los inicios de los 90 perdió cuatro Super Bowls seguidos.
Mérito también para Steffon Diggs que era el arma ofensiva que hacía falta al equipo de Nueva York.
Baker Mayfield, sacó la calidad que lo llevó a ser galardonado con el Heisman en sus años universitarios para aprovechar los regalos que Ben Roethlisberger y Maurike Pouncey hicieron a los Browns y ganar en casa de un rival que los había dominado en los últimos años y los miraba por encima del hombro, ahora la jauría de los Browns tendrá que enfrentarse a Mahomes para seguir soñando.
Lamar Jackson, tras dos años, pudo ganar un partido de postemporada con los Baltimore Ravens y demostró porque fue jugador más valioso de la pasada temporada.
Y ¿qué mejor cierre para esta generación que un encuentro más entre Brady y Brees antes del retiro del segundo?
Pues se dará este domingo y en horario estelar. La NFL cuida a sus estrellas y sabe que este partido comienza a marcar el adiós de una generación que a muchos nos enamoró a base de touchdowns, hail marys y talento a raudales.
