Hace dos mil años el gran filósofo Confucio recomendaba que eligiéramos un trabajo que nos apasionara y no tendríamos que trabajar ni un solo día de nuestras vidas. Pienso que dicho consejo sigue vigente en la actualidad, sin embargo, no estaría de más agregarle un párrafo al famoso escrito de Confucio: que el trabajo debería de ser en un sector en crecimiento y en un país con visión al futuro.
Al respecto, en la mayoría de los casos ya sea por necesidad o por azares del destino no elegimos nuestros trabajos, o al menos no lo hacemos como una decisión consciente y con verdadera convicción, incluso para muchos de nosotros tampoco estamos convencidos de la carrera o profesión que decidimos estudiar.
Tal fue el caso de mis primeros trabajos que tuve como pasante y posteriormente como abogado, pasando por notarías, despachos fiscales y bancos, para posteriormente y solo después de una década de aprendizaje y malas decisiones encontrar mi verdadera vocación y pasión, esto ocurrió estudiando mi maestría y teniendo que elegir un proyecto de titulación, siendo este un plan de negocios para una empresa de energías renovables enfocada en energía solar fotovoltaica, mejor conocida como los paneles solares.
A partir de ese momento y con completa convicción me convertí en apasionado tanto de la tecnología como de la solución que representa para el combate al cambio climático, el cual es el mayor reto que enfrenta la humanidad, asimismo, también estaba completamente convencido de que era el sector donde había que estar, pues la electricidad es el insumo más elemental para la actividad económica del país, con crecimientos mayores a la tasa poblacional, en otras palabras, cada día somos más y consumimos aún más electricidad, aunado todo ello a las ventajas geográficas que ubican a México como uno de los países con mayor recurso solar del mundo. No había forma de fracasar con ésta ecuación: México=Sol=energía solar.
No obstante, a la luz o mejor dicho a la oscuridad de las pobres decisiones que ha venido tomando de manera sistemática el gobierno federal y su 4T en materia de electricidad y energías renovables, pienso que me equivoque tanto de industria como de país, o tal vez, solamente de época, porque me queda claro que al gobierno le gusta retroceder en el tiempo, a un pasado que ya no existe y sobre todo apostando a un recurso que ya no es viable, como bien señaló el Ministro de Petróleo de Arabia Saudita cuando dijo que la era de piedra no terminó porque en el mundo se acabaran las piedras y, la era del Petróleo acabará mucho antes de que el mundo se quede sin petróleo.
En verdad espero que el gobierno rectifique y de un golpe de timón a su estrategia en materia energética o más bien a la falta de ésta, dicen que es de sabios cambiar de opinión, ojalá nuestro presidente nos dé una lección de humildad y sabiduría.