No cabe duda que estas elecciones en la comunidad de Madrid tienen en vilo a toda España. Desde que a Pablo Iglesias de Unidas Podemos; a Fernando Grande-Marlaska, Ministro del interior y María Gámez, Directora de la Guardia Civil, les enviaran una balas dentro de un sobre anónimo llenos de amenazas y a la titular de Industria, María Reyes Maroto, un sobre con una navaja ensangrentada remitido por una persona con problemas mentales. Posteriormente se supo que, a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid y a Rodríguez Zapatero, ex presidente del Gobierno de España, la policía interceptó otras cartas con balas y amenazas.
Parece ser, que los políticos son el punto de mira de varias personas que no están muy de acuerdo con su forma de actuar y pensar, eso ha sucedido desde hace varios años y a todos los líderes públicos les ha tocado en algún momento de sus carreras, ser silbados, agredidos, insultados ya sea en su persona, en sus sedes políticas e incluso en sus casas.
Pero la gota que derramó el vaso, fue en el debate entre los candidatos a la presidencia de la comunidad de Madrid, excepto el Partido Popular quien ya no quiso debatir, en un programa de radio de la Cadena Ser, donde la candidata de Vox, Rocío Monasterio no quiso rechazar la violencia que sufrió Pablo Iglesias, argumentando que era una argucia política para favorecer el voto, por lo que se armó un tinglado de tal magnitud que se suspendieron todos los debates que restaban en diferentes formatos y que los partidos de izquierda; PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos rechazaran categóricamente volver a debatir con Vox.
Fue a partir de ese momento que hubo un cruce de acusaciones por todos lados, de dar datos engañosos, agresiones, falsos testimonios y mentiras. Yo creo que ha sido la campaña más embravecida y en la que todo se vale con tal de ganar votos, los ciudadanos están hastiados de ésta guerra sin cuartel, donde nadie propone nada, nadie tiene un programa de plan de trabajo para la capital, sólo sacar los trapos sucios de cada partido y bueno, hay bastante tela de donde cortar, nadie se salva, nadie puede tirar la primera piedra.
Estos últimos acontecimientos han supuesto un nuevo giro en la recta final de una larga y crispada campaña electoral que a pesar de ser autonómica, se presenta en clave nacional.
El próximo martes se despejará la incógnita, se sabrá el vencedor y con quien pactará. De momento los sondeos hacen ganadora a Isabel Díaz Ayuso quien necesitará de la ayuda de Vox para gobernar. Pero la Izquierda aún tiene mucho que decir, sobre todo si unen fuerzas y no se ponen quisquillosos. La moneda está en el aire.