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La indígena maya que frenó a Monsanto

por | Dic 1, 2020

Las buenas noticias son poco usuales en el periodismo ambiental, pero hoy es la excepción: la indígena maya Leydy Aracely Pech Martín fue galardonada con el Premio Nobel Ambiental, el Premio Goldman, que cada entrega la Fundación Goldman.

El galardón entregado a Leydy Pech es un reconocimiento al trabajo colectivo de defensa del ambiente y del territorio de las comunidades mayas de la zona de Hopelchén, en Campeche, que en los últimos años, realizaron una importante labor frente a diversos megaproyectos que afectan el patrimonio biocultural de esta región de gran biodiversidad, colindante con la biosfera de Calakmul, la mayor reserva de bosque tropical.

Organizadas en la asociación civil Muuch Kambal y en el Colectivo Apícola de los Chenes -hoy Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes-, se visibilizaron por su oposición pública y legal a los permisos otorgados en junio de 2012 a la transnacional Monsanto por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa, hoy Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural), que incluían la siembra de 235 mil 500 hectáreas de soya genéticamente modificada.

Los representantes de estas comunidades mayas promovieron diversos juicios de amparo ante juzgados federales para denunciar que los permisos otorgados a Monsanto vulneraron sus derechos como pueblos indígenas, tales como el derecho a la consulta y el consentimiento previo, libre, informado y culturalmente adecuado; al territorio; a la libre determinación, y a un ambiente sano.

Dichos juicios llegaron, en última instancia, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que en noviembre de 2015 ratificó la decisión de los Juzgados de Distrito y reconoció la violación al derecho de las comunidades indígenas a la consulta y suspendió los permisos otorgados a Monsanto, hasta hacer la respectiva consulta.

La base del trabajo organizativo del Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes ha sido la defensa de la apicultura como práctica histórica y tradicional del pueblo maya, además de ser un medio de subsistencia sustentable.

Destacan sus esfuerzos por conservar las abejas nativas, para lo cual han denunciado y documentado los efectos nocivos que la deforestación, el impulso de monocultivos y el uso indiscriminado de plaguicidas y agrotóxicos, como el glifosato, causan a la apicultura, pero también a la salud, al suelo, al agua y al ambiente de las comunidades mayas de Hopelchén.

Las denuncias presentadas por la siembra ilegal de soya genéticamente modificada, evidenciaron la ausencia de medidas adecuadas de bioseguridad para salvaguardar el medio ambiente de la región y abrieron el camino para que, el 18 de agosto de 2020, la Sala Especializada en Materia Ambiental y de Regulación del Tribunal Federal de Justicia Administrativa revocara el permiso otorgado a Monsanto.

En los procesos de organización y denuncia fue fundamental la participación, la palabra y la vocería de las mujeres mayas de los Chenes y de otras comunidades de la Península de Yucatán.

El premio Goldman otorgado a Leydy Pech, una de las voceras del Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes, es fruto de más de 25 años de trabajo organizativo y comunitario, de la búsqueda de medios de producción compatibles con el ambiente, el desarrollo sustentable y de la defensa colectiva del territorio frente a políticas públicas y megaproyectos que ponen en riesgo la integridad cultural, la salud, los medios de subsistencia y la vida de las comunidades mayas.

También es un reconocimiento a las luchas de las mujeres mayas por la defensa de la vida y el territorio, que han generado cambios sustanciales dentro y fuera de sus comunidades.

Este galardón visibiliza los procesos de lucha de las comunidades mayas de la Península de Yucatán en defensa de las semillas nativas, el agua, las abejas, el medio ambiente sano y la libre determinación.

La decisión de la Suprema Corte debe tomarse como base para generar condiciones equitativas en la construcción de políticas públicas respetuosas con la naturaleza y con la visión de desarrollo de los pueblos indígenas de México y América Latina.

Actualmente, esta zona enfrenta graves problemas de deforestación, pérdida de biodiversidad, contaminación de suelo y de sus fuentes de agua, debido a los cambios de uso de suelo que de forma irregular se han llevado a cabo para introducir prácticas agropecuarias industriales, en especial las granjas porcinas.

Campeche es el estado más deforestado de la Península de Yucatán, pues sólo en 2019 perdió 53 mil hhectáreas de bosque natural, equivalente a la emisión de 12.5 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2).

Ahora habrá que ver qué pasa con el proyecto del Tren Maya, que también amenaza a la región.

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