La Ciudad de México volvió a vivir minutos de terror la noche de este 7 de septiembre, tras registrarse un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional.
Alrededor de las 20:47 horas, las alarmas sísmicas se activaron causando pánico entre los ciudadanos que empezaron a desalojar los inmuebles donde se encontraban. Segundos después el suelo comenzó a moverse, lo que causó más terror entre los capitalinos que con desesperación buscaron un lugar seguro para resguardarse.
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Los pocos segundos que duró el sismo para algunos parecieron eternos y trajeron al recuerdo colectivo de lo sucedido cuatro años atrás, cuando el 19 de septiembre de 2017, un terremoto de la misma magnitud azotó la ciudad, lo que provocó colapsos en distintos puntos, heridos y fallecidos.
Cabe recordar que el sismo de aquel día tuvo como epicentro el estado de Morelos, lo que expertos reconocieron como un fenómeno volcánico; su cercanía fue lo que produjo mayores destrozos.
El sismo de este martes tuvo epicentro a 11 kilómetros del sureste de Acapulco, Guerrero, por lo que en la capital del país solo se registraron algunos daños materiales y apagones, Sin embargo, autoridades guerrerenses reportaron a una persona fallecida, luego de que un poste de luz cayera sobre ella.
Por otra parte, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que cerca de un millón 600 mil hogares se quedaron sin luz, esto no solo en la Ciudad de México, también en el Estado de México, Morelos, Hidalgo, Guerrero y Oaxaca.
Es relevante lo sucedido este 7 de septiembre, pues recordemos que el mismo día, pero del año 2017, de igual manera, algunas regiones en Oaxaca fueron golpeadas por un sismo de 8.2 grados en la escala de Richter. Uno de los fenómenos telúricos más fuertes de la historia de México.
Doce días después, de nueva cuenta las coincidencias jugaron en contra de los capitalinos, pues precisamente el 19 de septiembre, pero de 1985 la ciudad fue devastada por un gran terremoto; para el 2017, el pánico se hizo presente de la misma manera que 32 años atrás.
Es por ello que, entre los habitantes de la Ciudad de México, se ha vuelto muy común pensar en septiembre como el mes de los temblores, y lo ocurrido la noche de este 7 sólo confirma lo establecido por la ciudadanía.
Hasta el momento nadie ha podido dar una explicación lógica sobre lo coincidente de estos eventos, sin embargo, una rara tensión comienza a permear el ambiente de la capital llegado ese mes.
