Este miércoles se estrena en Netflix la miniserie Rompan Todo, un esperado documento visual y musical que hace un repaso por la historia del rock en América Latina, partiendo de su contexto social y político.
Pero más que un documental, es un conjunto de momentos históricos que para los protagonistas puede resultar un deleite verse de nuevo y repensar lo que en ese tiempo era su sueño. Y para los que no estuvieron en esos conciertos, en los movimientos sociales que alimentaron la creatividad de esos músicos, es un valioso documento que nos muestra de dónde venimos y que como dice la canción «el rock nunca muere».
Desde el primer capítulo, donde nos da la bienvenida Alex Lora, la miniserie es un cálido viaje a los inicios del rock en México, y una agradable melodía que recorre esas presentaciones de grupos como Los Locos del Ritmos, Los Hooligans y Los Teen Tops. Y de pronto Enrique Guzmán en la sala de su casa nos platica cómo fue que de chavito comenzó en esto del rock. Pero desde el sur del continente diferentes rockeros nos cuentan que entonces, en esa década de los sesenta, Enrique Guzmán era el rock.
Los protagonistas que desde finales de los cincuenta comenzaron a tocar, como Javier Bátiz que a sus 12 años ya se presentaba en la plaza de Tijuana, y los músicos que comenzaron haciendo covers, pero dando su toque a las interpretaciones, platican de sus experiencias. Pero desde afuera, un neoyorkino ve lo que pasaba en América Latina, David Byrne que da su opinión en este programa. Y regresando a los protagonistas, Roco Pachucote habla de como su generación criticaba a esos rocanroleros hacedores de covers. Una frase contundente cierra el tema «Le dimos el castellano al rock and roll», dice Enrique Guzmán.
Con ver los primeros minutos del capítulo 1 el espectador quedará atrapado por Rompan Todo, nombre que sale de una frase que en un momento histórico dijera Billy Bond en Buenos Aires, pero eso lo sabrán a lo largo de la miniserie. Rock and roll a lo largo de toda America Latina, sus protagonistas y los motivos que los llevaron a tomar un instrumento y expresar su sentir. Los grupos y solistas que fueron en contra de lo establecido. Chicos rebeldes que desde su trinchera, y a veces sin quererlo, se enfrentaron al sistema.
Las dictaduras, la represión, las críticas de los medios y hasta la presión familiar son ingredientes que no faltan en la gestación del rock en América Latina. Y dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, y eso fue lo que sucedió con este movimiento que en cada país parecía independiente, pero que poco a poco fue formando una especie de colectivo, hasta la fecha.
Personajes como Litto Nebbia, Julissa, Nito Mestre, Rafael Acosta, Pedro Aznar, Camilo Lara, Andrés Calamaro, Bozzo Ochoa, Fabiana Cantilo, Sergio Arau, Celeste Carballo, Armando Suárez, videos del fallecido Luis Alberto Espineta, Gustavo Santaolalla (productor ejecutivo de la serie), Fito Páez o Rubén Albarrán, entre muchos otros, hablan de su presencia en el rock, sus vivencias y lo que opinan de lo que se ha hecho. Y aunque no están todos los que son, ni son todos los que están, los testimonios muestran el desarrollo del rock a lo largo de los países de América Latina.
Bajo la dirección de Picky Talarico, la miniserie pone claro como el rock se nutre del contexto sociopolítico. A cargo de todas las entrevistas, el director logra transmitir esa intimidad entre el músico y el espectador a través de la charla anecdótica, que al ser acompañada de documentos visuales, ya sea del momento histórico del país en cuestión o de las presentaciones musicales de la época, complementa la situación y nos hace sentir parte del suceso y entenderlo.
La dictadura en Argentina y las desapariciones, la matanza de Tlatelolco, Pinochet en Chile, las otras dictaduras en América Latina, la represión a los jóvenes que por traer el pelo largo eran arrestados y rapados, las historias de cómo los músicos se fueron conociendo a lo largo de los años, integran la miniserie.
Rompan todo se refiere a romper con todo eso que el rock ha roto: el orden establecido, los abusos de poder, el estatus quo, las modas. El rock es contracultura, «pero en nuestros países está más claro el enemigo», dice Santaolalla. Y la miniserie cuenta cómo sucedió, como a lo largo de 50 años el rock en América Latina se ha consolidado, ha logrado una identidad propia y es un parámetro para los mismos creadores del rock en Estados Unidos o Inglaterra. Hace unos años David Byrne dijo que el futuro del rock estaba en el tercer mundo y no estaba errado, hay un resurgimiento ante ese letargo aparente que ha traído la pandemia.
