Tejedoras de vida nace como respuesta de la crisis humanitaria en Putumayo, centrada en derechos humanos y consolidación de la paz; políticas públicas; y cultura y el medio ambiente.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un reportaje sobre la situación de las mujeres en Mocoa, Colombia, detallando su crecimiento a través de redes de apoyo con la organización Tejedoras de Vida en combate a la desigualdad de género derivada de los cambios climáticos.
En 2017, la región de Mocoa en la capital del departamento de Putumayo, sufrió un desastre natural de grandes proporciones, ocasionando fuertes lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra sepultando varios poblados cerca de los ríos Mocoa, Sangoyaco y Mulato, lo que provocó la muerte de más de 300 personas y afectaciones a más de 45,000.
La ONU subrayó que las mujeres y los niños son los más afectados por el cambio climático, lo que «profundiza las desigualdades y vulnerabilidades que ya enfrentan como la pobreza, la violencia, la falta de oportunidades y los derechos humanos básicos».
La activista y presidenta de la red de mujeres Tejedoras de Vida, Fátima Muriel, declaró que la región al suroccidente de Colombia, se ha visto afectada por muchos conflictos, como la guerrilla de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que trajo múltiples desapariciones y masacres, así como campañas masivas de fumigación por la fertilidad de las tierras para la hoja de coca.
La red de mujeres comprende 120 organizaciones femeninas, fundada como respuesta a la crisis humanitaria en Putumayo, con el objetivo de apoyarse y protegerse entre sí, ya que como «víctimas y sobrevivientes… han tenido que asumir la carga familiar provocada por el desplazamiento o el hambre derivada de las fumigaciones que no solo erradican la hoja de coca, sino que destruyen otros cultivos y contaminan los ríos», agregó Muriel.
Tejedoras de Vida se centra en tres prioridades: derechos humanos y consolidación de la paz; políticas públicas; y cultura y el medio ambiente. Lleva a cabo sesiones donde se capacita a las mujeres sobre sus derechos y les brinda habilidades prácticas, así como apoyo psicosocial, recreativo y legal.
“Lo más importante en nuestra organización es llenar de esperanza a las mujeres, ellas son las que crían y cuidan a los niños. Donde deja de existir una mujer, se destruye un hogar, por eso nos llamamos tejedoras de vida porque tejemos todos los proyectos, programas, ideas, sueños, y esperanzas. Es como tejer y no permitir que nadie vuelva a romper las fibras como sucedió durante la guerra”
Fátima Muriel, presidenta de Tejedoras de Vida.
Muriel señaló que muchas de las integrantes de la red han sido amenazadas por exigir su derecho a un medio ambiente sano e incluso varias han sido asesinadas.
La organización internacional añadió que las mujeres han pagado el precio más alto por todos los conflictos ya que han sido sometidas a trabajo forzado, esclavitud sexual, prostitución y otras han sido violadas, asesinadas o desaparecidas.
Actualmente, 150 mujeres integrantes de la «Red de esperanza» están realizando un mapa de los ríos en su territorio y las actividades de la industria minera y petrolera, además de recabar proyectos del Estado que afectan su calidad de vida.
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D.E.
