Datos del INEGI, indican que en México existen cerca de 23 millones de perros, de los cuales 70% están en situación de calle, por diversos motivos.
En un país donde el amor por los perros es palpable, la cifra de 23 millones de caninos conviviendo con los mexicanos es una muestra del afecto que se tiene por estos leales compañeros. Sin embargo, este idilio no está exento de desafíos, y la proliferación de perros en situación de calle representa un reto para la sociedad.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México lidera en América Latina la triste lista de naciones con mayor población de perros callejeros, con un alarmante 70% de estos animales viviendo en condiciones precarias. Esta situación pone de manifiesto la importancia de la responsabilidad compartida entre los dueños de mascotas y la sociedad en general para abordar esta problemática.
El principal problema que enfrentan las comunidades debido a la falta de responsabilidad de algunos dueños es el abandono de las heces de los perros en las calles. Si bien la mitad de la población tiene perros como parte de su familia y los cuida con esmero, algunos propietarios no recogen los desechos, lo que puede acarrear problemas de salud pública.
Un solo perro, en promedio, produce 600 gramos de materia fecal y 500 ml de orina al día. Cuando estos desechos no son tratados adecuadamente, pueden convertirse en un foco de infecciones y enfermedades, afectando tanto a otros animales como a seres humanos. El fecalismo, que es dejar que las heces se degraden a la intemperie, representa un riesgo para la salud pública, ya que los organismos patógenos que contienen pueden propagarse y provocar enfermedades gastrointestinales, respiratorias, oftálmicas y cutáneas.
Con el fin de abordar este problema creciente, la Organización en Favor de la Economía Circular (OFEC) ofrece algunas sugerencias para un manejo adecuado de las heces de los animales de compañía:
- Evitar usar las heces como abono: Contrario a la creencia popular, las heces de perro no deben ser utilizadas como fertilizante para suelo y plantas, ya que esto puede generar problemas de salud tanto para el ambiente como para las personas y otros animales.
- No alimentar a las mascotas con sobras de comida: Proporcionarles una dieta adecuada y llevar a cabo desparasitaciones regulares contribuirá a reducir la cantidad de parásitos presentes en sus heces y, por ende, el riesgo de contagio a otros seres vivos.
- Usar bolsas biodegradables para recoger los excrementos: Cuando se saque a pasear al perro, es importante utilizar bolsas biodegradables para recoger los desechos y depositarlos en el contenedor de restos, contribuyendo así a mantener limpias las calles y evitar la propagación de enfermedades.
- Eliminar el mal olor con vinagre: Aplicar vinagre en las áreas donde los perros han hecho sus necesidades puede ayudar a reducir el olor desagradable y fomentar una convivencia más armoniosa.
«Las personas tenemos la responsabilidad de establecer relaciones saludables con nuestros animales de compañía y ser conscientes del impacto que nuestras acciones tienen en el entorno», afirmó Jorge Chahin, presidente de la OFEC. Este llamado a la conciencia colectiva busca fomentar un cambio cultural que promueva el respeto y la convivencia responsable con nuestros fieles amigos peludos, creando así una mejor ciudad para todos.
En conclusión, la relación entre los mexicanos y sus perros es un lazo poderoso que merece ser cultivado con responsabilidad. Con pequeñas acciones individuales, como recoger las heces de nuestras mascotas y adoptar prácticas amigables con el medio ambiente, podemos construir un entorno más saludable y armonioso para todos, humanos y caninos por igual. La protección y cuidado de los animales de compañía debe ser una tarea compartida, un paso hacia la construcción de un México más amable y solidario.
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