¿Qué se dice en este 8M?
Desde que nacemos, el primer contacto, el medio que puede atravesar nuestro cuerpo y expresar el deseo de ser querido o no, es la mirada.
La mirada, al igual que la voz, juega un papel fundamental en la transmisión del deseo, se puede volver ese elemento suave que hace sentir ternura, saberse querido, acogido o seguro, o una voz firme que puede contener o limitar para no desbordarnos ante un momento de angustia o de tristeza; así, la mirada también transmite emociones, POR ESO ES UNA FORMA DE ESTABLECER CONTACTO: a mirada tierna genera paz o, al contrario, una mirada puede ser tan insistente sobre tu persona centrándose en tus senos, tus glúteos o las piernas que pueden bastar solo unos segundos para sentirse invadida y amenazada en tu persona.
Por eso, en la niñez es tan importante esa transparencia donde el niño expresa sus emociones, sin tantos filtros como los de los adultos; cuando siente esa incomodidad provocada por alguien, alguien que generalmente es una persona cercana a él y que por lo mismo le genera confianza, se está traspasando su integridad y lo hace sentir incómodo. Ese es un aviso fundamental que debe llamar la atención y por supuesto debe dársele credibilidad.
Los adultos debemos ser la voz de estos niños ante la justicia e intervenir lo antes posible, ya que esa intimidación en muchos casos termina convirtiéndose en una violación sexual infantil y hasta en un homicidio. Son las madres quienes en su mayoría descubren estos hechos porque el abusador resulta ser el propio padre del menor, o la pareja de la madre, el hermano o un familiar o persona cercana que puede establecer lazos de confianza, y por eso confunden al menor.
Sin embargo, ante estos sucesos, el papel de una madre se puede volver justamente sostenedora a través de la mirada y la voz para su pequen@, la angustia de la propia madre tiene que ser contenida porque es ella la que además puede dar voz ante la justicia.
¿Qué pasa cuando esta mirada y esta voz es anulada por el sistema de justicia, minimizada por nuestros representantes de gobierno o criticada por la sociedad? ¿Cómo esperan que responda una madre, abuela, hermana, amiga o compañera de trabajo cuando exige justicia y se minimizan los hechos?
MUCHAS DE ESAS MUJERES que se reencuentran este 8 de marzo, buscan hacerse presentes con una mirada fija y enardecida, levantando la voz ante la indiferencia e incompetencia de los sistemas de justicia y de las autoridades que (no) nos representan, que ignoran o minimizan los hechos porque se sienten cuestionados o evidenciados en su forma de ser o de pensar que ponen en duda la credibilidad de una madre que aún con todo su dolor ante el feminicidio de su hija o una compañera violada, que nos juzga y culpabiliza por usar falda, o de tantas empleadas abusadas sexualmente por sus jefes y despedidas por no acceder a realizar favores sexuales.
La misoginia pareciera ser un virus que no se cura con un abrazo. LA INDIFERENCIA al enfrentar los casos de feminicidios, violaciones, anulación de derechos laborales, etcétera, también es violencia.
LAS MUJERES, NOS DIRIGIMOS A ESTE 8M ES CON LA MIRADA FIRME, EXIGIENDO UN ALTO A LA VIOLENCIA Y LEVANTANDO LA VOZ EXIGIENDO JUSTICIA Y RESPETO A NUESTROS DERECHOS FUNDAMENTALES COMO PERSONA.
Demostraremos que, a través de la mirada y la voz, podemos poner un alto ante tantos signos de violencia y que también estamos unidas para que se haga justicia.
