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El vórtice polar, como «anillo al dedo” de la 4T

por | Feb 16, 2021

Norteamérica inició la tercera semana de febrero con una tormenta invernal sin precedentes ocasionada por un vórtice polar que dejó a millones de personas sin electricidad en Texas y en el norte de México, y causó estragos a través de una amplia franja en el centro y sur de los Estados Unidos debido a las fuertes nevadas y el hielo.

En los Estados Unidos, alrededor de 150 millones de personas estaban bajo una advertencia de tormenta invernal, de clima invernal o de tormenta de hielo en 25 estados, que se extienden desde el sur de Texas hasta el norte de Maine, informó el Servicio Meteorológico Nacional.

En México, nunca se emitió aviso alguno, a pesar de que se tenía conocimiento de que las temperaturas bajarían considerablemente, y que ya en años anteriores habían ocurrido eventos similares.

A todo esto ¿qué es un vórtice polar? Por lo general, una fuerte corriente en chorro limita el aire del Ártico al norte, estabilizado por una gran diferencia de temperatura entre latitudes bajas y altas. Cuanto menor es la diferencia de temperatura, más serpentean los cinturones de viento (@RemoteLongitude@NOAA).

Debido al cambio climático provocado por el hombre, los polos se están calentando más rápido que el resto del planeta, lo que disminuye la diferencia de temperatura y debilita la corriente en chorro. Esto es, que los patrones climáticos, períodos de lluvia intensa o sequía, están bloqueados por períodos de tiempo más largos. 

¿Por qué afectó a México? La serie de apagones registrados en los estados de la frontera norte fue causada por falta de disponibilidad de gas, y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) pidió a la gente reducir sus consumos de electricidad.

La falta de gas obedece a que México depende de los Estados Unidos para su abastecimiento, y en EUA lo usan para todo. Dadas las condiciones actuales, están guardando el gas en previsión de los acontecimientos por venir.

Gonzalo Monroy (@GMonroyEnergy) advierte sobre los daños en la infraestructura por el clima, porque las condiciones climáticas congelan los ductos, ya que en Texas no se construyen como en Canadá, pues este tipo de tormentas invernales no eran conocidas. “No se tenía ese tipo de fenómenos, pero el cambio climático no solo significa que hará más calor, sino que los inviernos serán también cada vez más fríos”.

Cambio climático aparte, no puede transportarse nada por un ducto congelado, porque la fricción del fluido o gas y la presión necesaria para transporte pueden causar que se partan, y eso sería un gran problema.

Las renovables no van bien cuando no hay viento y está nublado, con lo que producen mucha menos energía de la que normalmente aportan a las redes de transmisión, de manera que es complicado usarlas como respaldo.

Concretamente, en México, no hay gas. Sí, leyó usted bien: “no hay gas en México” porque no hay dónde guardarlo, y eso tiene que ver con infraestructura y con la falta de previsión.

Víctor Ramírez (@vicfc7) advertía que esta situación podría haberse evitado, y que sólo se necesitaban algunas cositas en términos de infraestructura.

Adrián Calcáneo (@EAdrianCalcaneo) menciona que “el problema es que la estrategia actual no ataca las debilidades del sistema mexicano. La meta es fortalecer a la CFE, pero no al sistema. Al igual que con Pemex, son dos cosas distintas. La idea debe ser fortalecer la base con más capacidad de importación y producción de gas para eliminar el combustóleo y el carbón, pero a la par desarrollar energía solar y eólica donde se pueda.”

¿Qué significa todo esto? Tan simple como que no hay previsión. Y sin previsión, la soberanía energética no tiene de dónde sostenerse. Sin infraestructura, los sistemas y las inversiones que hacen falta, la “soberanía” vale cero.

La situación de México es:

  • No hay gas para las centrales de CFE (menos para las privadas) y aunque Pemex produjera gas, sin infraestructura de transporte y almacenamiento, no hay manera de mantener las centrales operando.
  • Con la reforma a la LIE, esto se convierte en el pretexto perfecto para seguir usando combustóleo y carbón (“Como anillo al dedo…”), en detrimento del medio ambiente, de la salud de los mexicanos y de los compromisos internacionales adquiridos por México para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en especial el dióxido de carbono. ¡Adiós, París!

– Sin infraestructura de almacenamiento de energía eléctrica, no hay forma de tener respaldo cuando todo lo demás (fósiles y renovables) falle. Para eso se necesita inversión, y no la hay porque no hay confianza en el gobierno.

Hay que hacer notar que en los casi 2.5 años de esta administración pudieron haberse gestionado los proyectos para construir centros de almacenamiento y reforzar el sistema de transporte de gas natural, y mejorar el sistema eléctrico nacional para cubrir la demanda, pero no eran prioridad.

También pudieron gestionarse una buena cantidad de proyectos renovables que contribuyeran a la generación. Así, no tendríamos hoy al Cenace pidiendo a los usuarios no consumir luz en uno de los frentes fríos más agresivos de los últimos 50 años.

Ante el recrudecimiento de las temperaturas extremas en los Estados Unidos y particularmente en Texas, habrá que estar al pendiente de cómo va a repercutir en la zona norte del país, ya que afectaría centrales de generación con gas en Sinaloa, Sonora, Durango, Chihuahua, Saltillo y Nuevo León.

Por lo pronto, ante otra falta de planeación y logística, las vacunas antiCOVID-19 no llegaron a esos estados.

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