El director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, aseguró que debido a la burocracia y a fallas geológicas, el Tren Maya presenta un retraso de cinco meses en su construcción.
“Esos trámites nos han complicado cinco meses de retrasos. El burocratismo de Semarnat, Sedatu y Conagua han retrasado el avance»
Otro factor de retraso se ha dado durante los trabajos en el subsuelo, pues se han tenido que nivelar varios tramos entre tres y seis metros, a consecuencia del cambio climático se detectaron irregularidades en los terrenos.
El Tren Maya, que debería estar listo para finales de 2023, es un proyecto prioritario de López Obrador con una inversión de alrededor de 200.000 millones de pesos (unos 9.300 millones de dólares) para construir cerca de 1.554 kilómetros en los cincos estados del sureste: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
A finales de octubre, Jiménez Pons informó al Senado que el costo de la obra había crecido en 60 mil millones de pesos hasta los 200 mil millones, debido al aumento de tramos de doble vía, su electrificación y a un mayor número de estaciones.
Además, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) apareció un acuerdo «en relación con los proyectos y obras del Gobierno de México considerados de interés público y seguridad nacional, así como prioritarios y estratégicos para el desarrollo nacional».
La Semarnat y la Sedatu, dependencias federales que han dado acompañamiento a las trabajos en 15 áreas naturales protegidas por donde pasa el Tren Maya, han realizado observaciones al proyecto en materia de impacto ambiental y a la fecha aún tienen pendientes la liberación de vías en el tramo 1 y 2.
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